Apenas dos tercios(62%) de los inmigrantes no europeos que viven en Bélgica tenía empleo en 2012, apunta De Standaard, citando cifras de Eurostat analizadas por el diario.
Esta proporción, netamente inferior a la de la media europea (73%) se explica principalmente por el declive de la industria del país y por las exigencias lingüísticas de los empleadores belgas. Pero los inmigrantes sufren también de una "discriminación persistente", estima un experto citado por el diario:
Los empleadores tienen un prejuicio según el cual las personas inmigrantes son malos empleados. En consecuencia, aterrizan en puestos que las personas no inmigrantes no quieren. En los países en los que hay más ‘malos’ puestos de trabajo de este tipo, los inmigrantes tienen una tasa de actividad más elevada.