Los soldados británicos podrían extender su presencia en Afganistán de seis a nueve meses, en la fase final de su implicación en las operaciones de combate, en 2014.
Los planes, bajo estudio del Gobierno, tienen como objetivo preparar mejor a los soldados afganos y a la policía para asumir las responsabilidades en seguridad tras la retirada de las fuerzas británicas.
La iniciativa llega como resultado de los planes del Gobierno para el envío de "misiones de formación" a regiones inestables. En este sentido, 300 soldados ya han sido enviados a misiones de tal naturaleza en África Occidental, incluyendo 40 a Malí.
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