El nuevo presidente de la República, Nicos Anastasiades, ha sido elegido con un mandato claro: poner el marco adecuado para que el país salga de la crisis que atraviesa.
Es el gran desafío del presidente pero también de nuestro país. Es evidente que este esfuerzo, en medio de esta difícil coyuntura, no puede dejar un hueco a la política interesada de partido. Chipre no puede permitirse el lujo de debates interminables o de optar por la introspección, puesto que podrían frenar la vuelta al crecimiento. El país necesitará decisiones, soluciones y políticas eficaces.
Nuevo camino
Chipre también tiene un problema de ocupación [de su parte norte por Turquía desde 1974]. Gestionar el problema de la división de la isla en el contexto actual será más difícil. Algunos intentarán utilizar la crisis económica como un trampolín para obtener concesiones. Y habrá que dar respuesta a ello.
Al elegir a Nicos Anastasiades, los ciudadanos han optado por elegir un nuevo camino. Las horas difíciles a las que se enfrenta Chipre necesitan consenso y unidad. Todo el mundo será juzgado según sus decisiones, sus actitudes y su comportamiento general.