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Después de haber sufrido tres fugas en menos de dos semanas, hecho que ha cuestionado el sistema penitenciario, la justicia belga se regocija de haber arrestado a los tres implicados en la fuga más espectacular, la del 23 de julio, así como su a cómplice. El 11 de agosto, Lesley Deckers, cómplice y pareja de uno de los prófugos, fue detenida en Berlingen-Mijn, relata De Morgen. La joven belga de 24 años convertida al Islam (los tres fugados tienen nacionalidad marroquí), está acusada de haber alquilado un helicóptero y de haber robado el coche utilizado para la fuga. " Sabiendo que sus posibilidades de quedar en libertad eran mínimas ", se pregunta el periódico flamenco, " ¿ hasta qué punto su situación les ha debido parecer sin salida como para arriesgar años de prisión suplementarios ? ". El periódico se muestra irritado, por otro lado, por los " numerosos comentarios racistas dirigidos contra esta joven conversa " llegados a los medios de comunicación, mientras que " no ha habido ni uno solo que criticara a la madre belga que ayudó a su hijo a escaparse ", haciendo referencia a otra fuga que tuvo lugar el 28 de julio.
