El presidente alemán, ante las críticas por haber justificado en una visita a Afganistán la participación militar alemana en el extranjero por la defensa de sus intereses económicos, ha dimitido el 31 de mayo. Horst Köhler se ha quejado de la "falta de respeto hacia su cargo". Para Angela Merkel, se trata de un nuevo quebradero de cabeza. La canciller debe encontrar un candidato antes de finales de junio, cuando la Asamblea Federal deberá elegir un nuevo presidente. Para el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung, esta dimisión es "una deserción". Köhler "ha sido desleal porque desestabiliza a una canciller que le ha apoyado y que no vive precisamente su época más fácil", estima el diario conservador. "Es un cobarde", porque prefiere mantener "la calma en el debate sobre Afganistán, una opción que no tienen los soldados y rompe la promesa implícita de un hombre de Estado […]: no dejar solos a los electores en momentos difíciles".
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