“La Comisión Europea ha despertado”, proclama Pravda, acogiendo con satisfacción el cambio de opinión por parte de Bruselas en lo que respecta a la ley que concede la nacionalidad húngara a los magiares de países vecinos, votada la semana pasada en Budapest y que desató la furia de Bratislava. Antes, la Comisión se negaba a intervenir en el conflicto, afirmando que las cuestiones de nacionalidad son competencia de los Estados miembros, explica el diario. Sin embargo, al final, su presidente, José Manuel Durão Barroso, “ha instado al primer ministro húngaro, Viktor Orbán, a que entable conversaciones con los eslovacos”, tras la presión de diversos Estados miembros que “han manifestado su nerviosismo”, puesto que la cuestión reaviva las tensiones surgidas a raíz del Tratado de Trianón (sobre el desmembramiento del Reino de Hungría tras la Primera Guerra Mundial). Con motivo del XC aniversario de su firma, el 4 de junio, los nacionalistas eslovacos y húngaros se han dado cita, por otra parte, en Komárno, ciudad mayoritariamente magiar cercana a la frontera con Hungría, “capital del conflicto eslovaco-húngaro” por un día, apunta Pravda.
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