“El Gobierno acepta los colegios negros”, es decir, colegios en los que la mayoría de los alumnos proceden de la inmigración,titula Volkskrant. En una entrevista concedida al diario, la ministra de Educación, Marja van Bijsterveldt, explica que el Gobierno ya no da prioridad a la lucha contra la segregación escolar. En la actualidad, en determinadas ciudades, los padres deben escolarizar a sus hijos en su barrio, lo que favorece la heterogeneidad étnica en las escuelas. La ministra cristiano-demócrata afirma que el criterio principal debe ser la “calidad de la enseñanza. Que los alumnos sean blancos o negros no es lo más relevante”. Esta posición, apunta Volkskrant, constituye un “cambio significativo” en la política multicultural neerlandesa.
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