El 4 de julio, el Consejo Constitucional rechazó las cuentas de la campaña presidencial de Nicolas Sarkozy en 2012. Una decisión que costará 11 millones de euros a su partido, el UMP.
Nicolas Sarkozy reaccionó dimitiendo del Consejo Constitucional, al que pertenece como miembro de pleno derecho por haber sido jefe de Estado, para "recuperar [su] libertad de expresión". Cuando parecía que preparaba activamente su retorno a la escena política, "se ha declarado la guerra", comenta Le Parisien:
Para Nicolas Sarkozy, primer presidente de la República que ha visto cómo el Consejo Constitucional rechazaba su declaración financiera de la campaña, las cosas están bien claras: ¡se le quiere dar caza, se desea desollarlo! ¿Quién? "François Hollande, por supuesto", acusan de pleno los partidarios de Sarkozy. [...] Ante este suceso, denuncian una "decisión política" para impedir el retorno de su ganador.