Con la actual canciller alemana Angela Merkel deseando preservar el poder después de las elecciones de este domingo, los líderes empresariales están presionándola para abordar con rapidez temas domésticos como los elevados precios de la energía o el envejecimiento de las infraestructuras justo después de la votación, escribe el Wall Street Journal.
Ganó la elección de 2009 con un programa prometedor de estabilidad y ésta ha sido siempre la doctrina de su campaña, lo que le ha traído sus “imponentes índices de aprobación de los votantes”.
El diario económico continúa:
Pero para Merkel, perseguir cambios de forma más agresiva podría suponer el riesgo de socavar la piedra angular de su popularidad doméstica: la percepción de que su enfoque metódico protegía la economía alemana mientras Europa se desplomaba a su alrededor”.
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