La ruta migratoria española: necropolítica europea y libertad de circulación

La ruta migratoria más mortífera de 2024 va desde la costa de África Occidental hasta las Islas Canarias. ¿Quién tiene la culpa? ¿Cómo podemos replantearnos nuestro concepto de migración?

Publicado en 17 enero 2025

El poder de decir “quién podrá vivir y quién morirá”. Así es como define la “necropolítica” el politólogo camerunés Achille Mbembe. Este término, que Mbembe fue el primero en explorar en profundidad, se utiliza actualmente para describir, entre otras cosas, las actuaciones de los Gobiernos en guerra o las políticas migratorias, sobre todo en Europa. Para el pensador camerunés, este “derecho a matar” que se atribuyen los Estados representa “la máxima expresión de la soberanía”.

Sin embargo, este concepto rara vez llega a los grandes medios de comunicación; por eso me sorprendió ver que se utilizaba en la revista española El Salto para describir la política del Estado ibérico en materia de migración.

“La necropolítica migratoria del Estado [español] se ha cobrado la vida de 1538 niñas y niños y de 421 mujeres”, expone el medio, utilizando las cifras y el término del colectivo que defiende los derechos de los inmigrantes Caminando Fronteras. Porque España se encuentra actualmente en el centro de un drama migratorio que, con relativa indiferencia, está provocando la muerte de miles de personas que intentan alcanzar sus fronteras.

“La cifra de 10 457 personas muertas [en 2024] en las rutas de acceso al territorio suponen un aumento del 58 % de la mortalidad de estas vías con respecto a 2023”, explica El Salto, basándose en cifras de Caminando Fronteras. “La mayor parte de estas víctimas se concentran en la ruta canaria, donde 9757 personas perecieron”. Según el colectivo, esto es lo que hace que esta ruta sea la más mortífera del mundo.

Proceden de Mauritania, Marruecos, Gambia o Senegal. Dependiendo de su punto de partida, estas personas en el exilio emprenden un viaje que puede durar de una a varias semanas, atravesando a veces miles de kilómetros de alta mar para llegar a las costas españolas de las islas Canarias. Muchas de ellas mueren: una persona cada 45 minutos en 2024, según las cifras del colectivo, recogidas aquí por el diario canario La Provincia.

Cuando llegan, los migrantes se encuentran con un sistema de acogida agotado y unas autoridades desbordadas por la situación. Aunque el Gobierno socialista español innova adoptando la regularización de cientos de miles de inmigrantes indocumentados, o proponiendo el reparto de los menores migrantes dentro de las comunidades autónomas españolas, de momento la situación parece escapársele de las manos.

En 2024, llegaron a España ilegalmente 63 970 personas, de las cuales, 46 843 lo hicieron a través de las islas Canarias. Con el fin de frenar las llegadas desde África Occidental, el país firmó, en agosto de 2024, acuerdos de cooperación con Gambia y Mauritania destinados a combatir a los traficantes de personas, fomentar las llegadas regulares y frenar las salidas. Dicho acuerdo recuerda a la asociación firmada entre la UE y Mauritania a principios del año pasado.

Tal es la magnitud de la tragedia, que llega a las páginas de los medios no europeos. En la revista estadounidense de izquierda Jacobin, el periodista Eoghan Gilmartin expone un relato desgarrador de la situación. Apoyándose en testimonios de migrantes, recorre el viaje desde la costa africana, los muertos arrojados al mar y la imposible tarea de contar los desaparecidos. Explica lo siguiente: “El fenómeno de la muerte masiva en las fronteras españolas no puede entenderse simplemente como una serie de tragedias aisladas. Los que han perdido la vida son víctimas del brutal régimen fronterizo de la Fortaleza Europa, que, en nombre de disuadir los viajes de los migrantes y refugiados del Sur, les obliga a exponerse a peligros mortales cada vez mayores”.

En opinión de Gilmartin, el aumento de salidas hacia Canarias demuestra la limitada eficacia de “estas políticas de contención que, al tiempo que condenan a tantos al sufrimiento y la muerte, pretenden fraudulentamente abordar las razones profundas por las que la gente se arriesga a realizar semejante viaje ”. Necropolítica.

En un artículo publicado en el diario español El País, la socialista Anna Terrón i Cusí defiende una mejor comprensión del fenómeno migratorio, en concreto de los mecanismos que lo sustentan y de sus consecuencias reales. “Dentro de la Unión, podríamos observar cómo han seguido creciendo los visados relacionados con el empleo. En 2022 los Estados de la UE emitieron 1 600 000 primeros permisos de residencia vinculados al empleo”.

“Ampliar la mirada hacia el exterior permitiría ir más allá de acuerdos meramente transaccionales con países de origen y tránsito”, prosigue, para defender una comprensión de la migración como competencia de la política exterior europea. “Conocer y tener en cuenta la realidad de las distintas dinámicas migratorias locales, regionales e internacionales permitiría tenerlas en consideración como un elemento más de la estrategia europea de desarrollo. Solo reconociendo el carácter estructural de las migraciones y su papel como elemento de la geoeconomía podremos avanzar en su gobernanza”.

Un cambio de perspectiva es también lo que sugiere Sertan Sanderson en Deutsche Welle. En su opinión, pocas de las grandes narrativas que dominan la política actual “examinan la naturaleza de la migración allí donde comienza, sin tener en cuenta las perspectivas de las personas que desean abandonar sus hogares y lo que dejan atrás”. El activista Hardi Yakubu, de la organización Africans Rising, al que entrevista Sanderson, resume bien este punto ciego en nuestra concepción del tema, que “ha convertido a los migrantes en uno de los grupos más privados de derechos e incomprendidos del mundo”.

Corriendo el riesgo de repetirme sobre lo tratado en otras revistas de prensa, conviene recordar que el cambio de perspectiva no es el camino emprendido por un gran número de Estados miembros europeos, ni por la propia UE. La trayectoria preferida es la de las “ideas radicales sobre la migración”, un eufemismo suave utilizado por Giovanni Legorano en Foreign Policy. El periodista nos ofrece un relato esencial de las políticas europeas en materia de externalización de la migración y repatriación, así como de los obstáculos que se están encontrando y que probablemente volverán a encontrarse en el futuro.

Sin embargo, es urgente ir más allá de los debates habituales sobre las (necro)políticas migratorias de la Fortaleza Europa y el enfoque represivo; las soluciones alternativas que abogan por un aumento del número de inmigrantes son en sí mismas imperfectas y requieren un debate sosegado sobre su viabilidad y coherencia. Incluso el discurso dominante más caritativo sobre la migración, que la ve como un medio para combatir el envejecimiento de la población y la escasez de mano de obra, no es inmune a las críticas.

Porque, aunque la intención pueda parecer buena (y a veces lo es), no deja de reflejar una cierta visión transaccional de la migración, en la que el lugar de los migrantes en Europa y su libertad de circulación dependen de su capacidad para satisfacer las necesidades de los posibles países de acogida. En resumen, un “migrante-recurso”, una extraña concepción de la migración más “humana”.

En colaboración con Display Europe, cofinanciado por la Unión Europea. No obstante, los puntos de vista y opiniones expresados son exclusivamente los del autor o autores y no reflejan necesariamente los de la Unión Europea ni los de la Dirección General de Redes, Contenidos y Tecnología de las Comunicaciones. Ni la Unión Europea ni la autoridad otorgante pueden ser consideradas responsables de las mismas.
ECF, Display Europe, European Union logos

¿Te está interesando el artículo?

Es de libre acceso gracias al apoyo de nuestra comunidad. Publicar y traducir nuestros artículos tiene un precio. Para seguir informándote de manera totalmente independiente, necesitamos tu apoyo.

Suscribirse o hacer una donación

Ver más comentarios Hacerse miembro para traducir los comentarios y participar
Live | Las promesas incumplidas de las finanzas verdes: nuestra investigación

Desde la década de 1980 y la financiarización de la economía, los actores financieros nos han mostrado que los vacíos legales esconden una oportunidad a corto plazo. ¿Cómo terminan los inversores ecológicos financiando a las grandes petroleras? ¿Qué papel puede desempeñar la prensa? Hemos hablado de todo esto y más con nuestros investigadores Stefano Valentino y Giorgio Michalopoulos, que desentrañan para Voxeurop el lado oscuro de las finanzas verdes; hazaña por la que han sido recompensados varias veces.

El evento >

¿Eres un medio de comunicación, una empresa o una organización? Consulta nuestros servicios editoriales y de traducción multilingüe.

Apoya un periodismo que no conoce fronteras

Aprovecha nuestras ofertas de suscripción o haz una donación para fortalecer nuestra independencia

Sobre el mismo tema