Jerôme Valette es economista en el CEPII (Centro de estudios prospectivos e informaciones internacionales), principal centro francés de investigación y peritaje en economía internacional fundado en 1978. También es profesor de Ciencias Económicas en la Universidad París 1 Panthéon Sorbonne y jefe del departamento de Dinámica del Instituto Francés de Colaboración para las Migraciones (ICM).
Jerôme Valette es especialista en cuestiones migratorias y, junto con Arnaud Philippe, economista especializado en derecho penal, firmó el artículo Immigration et délinquance : réalités et perceptions ("Inmigración y delincuencia: realidades y percepciones") que hace un balance sobre una cuestión que aparece con regularidad en los debates políticos y en los análisis estadísticos: ¿Existe una relación entre la migración y el aumento de la criminalidad?
Voxeurop: ¿Podemos establecer un vínculo entre inmigración y criminalidad?
Jérôme Valette: Todo depende de la naturaleza del vínculo. No existe una relación causal directa entre la inmigración y la delincuencia. Dicho de otro modo, con características demográficas y socioeconómicas equivalentes, los inmigrantes no tienen más probabilidades que los nativos de cometer un delito o crimen.
Sin embargo, los inmigrantes y los nativos casi siempre tienen características demográficas y socioeconómicas diferentes. Los hombres, los jóvenes y las personas en situación precaria suelen estar sobrerrepresentados en los flujos migratorios.
Y estos son los factores específicos que pueden aumentar la probabilidad de cometer un delito, de la misma manera que estos mismos factores también hacen aumentar la probabilidad cuando se observan entre los nativos.
Hay dos cosas. Por un lado está el vínculo causal: ¿ser inmigrante en sí mismo, en igualdad de condiciones, aumenta la probabilidad de cometer un delito? La respuesta es no.
Por otro lado, uno puede tener características asociadas a ciertas olas migratorias (como la pobreza y la precariedad) que pueden aumentar la probabilidad de delincuencia, pero estas son características que, cuando se encuentran entre los nativos, también aumentan la probabilidad de cometer un delito.
Por simplificar, podríamos decir que la precariedad puede aumentar la posibilidad de cometer un delito, no así la inmigración, ¿verdad?
Cuando eres inmigrante, de media, no tienes más probabilidades de cometer un delito. Sin embargo, si eres un inmigrante pobre, las mayores probabilidades de cometer un delito obedecen a que eres pobre y no a que seas inmigrante.
Ser inmigrante, en sí mismo, no aumenta la probabilidad de cometer un delito. Por otra parte, si un inmigrante pobre está más expuesto a este riesgo, la causa es la pobreza, que no el hecho de ser inmigrante.
¿No está ya muy sesgada la cuestión del vínculo entre inmigración y criminalidad? Los periodistas o investigadores tenemos que intentar verificar muy a menudo afirmaciones que son a todas luces falsas desde su origen.
Creo que todas las preguntas son legítimas desde el punto de vista de la investigación y no hay razón para favorecer una pregunta respecto a otra. Además, dado que el vínculo entre inmigración e inseguridad preocupa mucho a los nativos, es legítimo que periodistas e investigadores se interesen en él.
Nuestro papel, sin embargo, es abordar esta cuestión más allá de la simple interpretación de las estadísticas sobre delincuencia.
Es esencial entender que la asociación que hacen los nativos entre inmigración y delincuencia proviene en gran medida de su lectura de estas estadísticas. Por ejemplo, cuando vemos que los extranjeros representan el 8 % de la población en Francia, pero que también representan el 17% de los enjuiciados por delitos, concluimos demasiado rápidamente que existe un vínculo directo. Este razonamiento, aunque intuitivo, lamentablemente no es suficiente.
¿Por qué?
Existen numerosas razones que pueden entrañar mecánicamente una sobrerrepresentación de los inmigrantes en las estadísticas de la delincuencia. Podemos pensar en la discriminación, por ejemplo.
Si los inmigrantes son más susceptibles de tener que afrontar discriminaciones a lo largo de toda la cadena penal –tanto si se trata de la probabilidad de ser detenidos o de que se les declare culpables– es evidente que, mecánicamente y con relación a los nativos, tienen una mayor probabilidad de ser enjuiciados y condenados. Esto da lugar a una sobrerrepresentación aparente en los datos.
Para superar este sesgo, los investigadores se están centrando más en una cuestión clave: cuando los inmigrantes se establecen en una región, ¿hay un aumento de la delincuencia? Los estudios muestran que, de media, no hay un aumento general de la delincuencia, salvo los delitos contra la propiedad, como los robos y hurtos, por decirlo de forma más sencilla.
¿Por qué esta excepción? Porque este tipo de delitos está estrechamente ligado a la inseguridad económica y al difícil acceso al mercado laboral, especialmente para las personas en situación irregular.
También menciona la importancia de la cobertura mediática. ¿Cuál es el papel de los medios de comunicación?
Hay dos prácticas mediáticas importantes que pueden contribuir a sobreestimar la percepción de un vínculo entre inmigración y delincuencia.
La primera es la decisión de los periodistas de informar más sistemáticamente sobre los delitos cometidos por extranjeros que sobre los cometidos por los nativos. En otras palabras, ante un mismo delito, los periódicos pueden estar más predispuestos a destacar el caso que involucre a extranjeros. Esto crea mecánicamente en los medios de comunicación una sobrerrepresentación de la brecha de criminalidad entre inmigrantes y nativos.
Un estudio realizado en Suiza mostró este fenómeno durante el referéndum de 2009 sobre la prohibición de la construcción de minaretes. Los investigadores demostraron que los municipios donde la prensa tendía a presentar de manera sesgada los delitos haciéndolo en contra de los extranjeros consiguieron más votos en contra de la construcción de minaretes.
El segundo mecanismo reside en la decisión de los periodistas de revelar, o no, en sus artículos la nacionalidad o el origen de las personas enjuiciadas. Un experimento realizado en Alemania con el periódico Sächsische Zeitung, de Sajonia, puso de relieve este efecto. De la noche a la mañana, en julio de 2016, este periódico adoptó la política de mencionar siempre el origen de todo individuo involucrado en un crimen o delito, ya fuera extranjero o nativo (alemán, en este caso).
Este cambio expuso a los lectores a una cobertura mediática más neutral, con artículos que afirmaban, por ejemplo, que “un alemán de 25 años cometió un delito” o que “un alemán es sospechoso”. Este nuevo enfoque ha cambiado la percepción pública en el ámbito de difusión del periódico. Las actitudes hacia la inmigración han mejorado y la inquietud asociada a la migración se ha desplazado hacia una preocupación más general concerniente a la delincuencia. Los residentes han comenzado a ver la delincuencia como un problema que afecta al conjunto de la población, sin asociarlo únicamente a la inmigración.
🤝 Este artículo se ha publicado dentro del marco del proyecto colaborativo Come Together
Desde la década de 1980 y la financiarización de la economía, los actores financieros nos han mostrado que los vacíos legales esconden una oportunidad a corto plazo. ¿Cómo terminan los inversores ecológicos financiando a las grandes petroleras? ¿Qué papel puede desempeñar la prensa? Hemos hablado de todo esto y más con nuestros investigadores Stefano Valentino y Giorgio Michalopoulos, que desentrañan para Voxeurop el lado oscuro de las finanzas verdes; hazaña por la que han sido recompensados varias veces.
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