La votación sobre las remuneraciones de los altos directivos y la prohibición de los "paracaídas dorados", que fue aprobada el 3 de marzo en Suiza, facilita también ideas al Gobierno francés.
El primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault, se ha mostrado favorable a "inspirarse" en esta "excelente experiencia democrática".
Se prevé un proyecto de ley para finales de marzo, pero se teme que su alcance sea corto. Para Libération, "Matignon[sede del Gobierno] teme [...] ponerse en el punto de mira de nuevos ataques de los medios financieros europeos", tras el episodio del impuesto al 75%.
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