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"Portugal pierde ingresos fiscales, pero JM sigue pagando lo mismo", titula el Jornal de Negócios, al día siguiente del anuncio del grupo Jerónimo Martins (JM) de que la sede social del holding, que controla entre otros la cadena de supermercados Pingo Doce, va a transferir una parte de su capital a los Países Bajos. Un anuncio que relanza el debate sobre las deslocalizaciones de las empresas portuguesas. JM ha sido criticado principalmente por algunos partidos políticos en las redes sociales: se le acusa de deslealtad hacia el país, en el momento en el que atraviesa una de las más graves crisis económicas que haya conocido.
Pero, ¿qué atrae a las empresas portuguesas hacia los Países Bajos? se pregunta el diario lisboeta, dando la respuesta: una fiscalidad más amable, un acceso más simple al crédito y, actualmente, una imagen de estabilidad que Portugal ya no puede ofrecer. Por su parte, el Diário de Noticias añadeque, de las 20 empresas del índice PSI-20 de la Bolsa portuguesa, 17 ya se han instalado en los Países Bajos. La exención de imposición sobre los dividendos y las tasas impositivas más bajas son las razones que, según los expertos, podrían conducir en un futuro próximo a que más empresas abandonen el país.
En su editorial, Jornal de Negócios apunta que
Lo que es difícil de tragar no es que Soares dos Santos [presidente de JM] haya cortado sus lazos con su pasado en Portugal- puesto que los mantiene y continua pagando sus impuestos aquí-. Se trata de que ha cortado con su futuro, que ha decidido invertir fuera, porque no existen las condiciones para crecer aquí, buscando beneficios y creando empleos fuera de Portugal, y, desde luego, pagando impuestos sobre este futuro fuera de Portugal. Pero hacer inversiones en el extranjero no es una traición. Es solamente una dimisión.
