Las pruebas de resistencia de los 143 reactores nucleares europeos, ¿no serán tan solo una maniobra de comunicación para tranquilizar a la opinión pública europea tras el accidente de la central japonesa de Fukushima? Si damos credibilidad a La Voix du Luxembourg, las pruebas de estrés, que deberán dar comienzo el 1 de junio y arrojar resultados para el Consejo Europeo del 9 de noviembre, se llevarán a cabo “para nada”: de hecho, en el mejor de los casos, el compromiso al que ha llegado el Grupo Europeo de Reguladores de Seguridad Nuclear (ENSREG) el 24 de mayo “prevé realizar pruebas de seguridad exhaustivas a fin de comprobar la resistencia de las centrales nucleares de la Unión Europea frente a catástrofes naturales como pueden ser los seísmos y las inundaciones, así como ‘las consecuencias de cualquier tipo de accidente, ya sea de carácter humano o natural’”, según la fuente diplomática mencionada por el diario. Éste señala, sin embargo, que “en su proyecto de declaración, los reguladores han señalado no tener competencia de ningún tipo en cuestiones relacionadas con la seguridad contra el terrorismo”. “Eso es tanto como decir que no se puede esperar gran cosa de las pruebas de estrés”, concluye el periódico.
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