Violación, consentimiento, poder (y feminicidio)

¿Cómo definir una violación? La noción del consentimiento traza una línea divisoria entre los Estados miembros en el Parlamento Europeo, que está discutiendo la cuestión. En esta reseña veremos cómo este concepto está dando lugar a una nueva revolución, afectiva y sexual.

Publicado en 7 diciembre 2023 a las 09:33

La película francesa Le Consentement (“El consentimiento”) de Vanessa Filho ha tenido un éxito inesperado, así como un público igual de inesperado. Esta producción volvió a situar la noción del consentimiento en el centro del debate público tanto en Francia como en el resto de Europa. 

Esta película es la adaptación cinematográfica del libro homónimo de Vanessa Springora publicado en 2020, que narra la relación entre la autora y el escritor Gabriel Matzneff (sobre el que ahora pesan nuevas acusaciones de violencia sexual a menores). Ella tiene 14 años y él 50. Bajo la mirada de todos. De la familia, de la sociedad. De la opinión pública. 

La “revolución del consentimiento”

La obra constituye un paso colectivo para poner en palabras las múltiples cuestiones que han atravesado prepotentemente la historia de la masculinidad y la feminidad, el poder y la violencia, y que estallaron con #MeToo: ¿qué es el consentimiento? ¿Qué significa consentir a una relación, una relación sexual? ¿Cuál es la relación de poder presente en las relaciones íntimas? #MeToo fue una “revolución del consentimiento”, escribe Mediapart

Tras su estreno, la película Le Consentement tuvo un éxito moderado principalmente entre la clase media culta de las grandes ciudades, según narra Le Monde. Pero luego sucedió algo inesperado: diez días después de su estreno, el cine se llenó de “jóvenes de menos de veinte años, en su mayoría chicas, principalmente de unos quince años, muchos provenientes de barrios populares, que fueron con su pareja, sus amigos o sus padres sin saber sobre la existencia del libro”. Este público representa casi la mitad de las entradas registradas. ¿Qué sucedió? TikTok transformó una película  en un “fenómeno”,  un evento íntimo, explica Radio France: estas jóvenes se filmaron entrando y saliendo de las salas, algunas llorando. El hashtag #leconsentement (#elconsentimiento) ha alcanzado 32 millones de visualizaciones en el momento de escribir estas líneas. El libro, que había estado vendiendo aproximadamente 1800 copias al mes, vendió 17 500 en octubre. 

Otra película sobre el mismo tema narra la relación de los jóvenes con el sexo, el amor y el consentimiento: How to Have Sex, de Molly Manning Walker (que ganó el premio "Un Certain Regard" en Cannes). En The Guardian Barbara Ellen invita a todo el mundo a ir a ver este filme, ya que cuenta “una verdad fundamental y devastadora: por mucho que se teorice y se discuta sobre el consentimiento sexual, ‘sobre el terreno’, donde importa, donde están las chicas y los chicos de verdad, este sigue siendo un concepto inestable y muy a menudo inexistente”. Según Allen, “es hora de reconocer que los depredadores explotan las lagunas y la letra pequeña del consentimiento sexual, y que para ellos el consentimiento renuente sigue siendo un consentimiento legal. Cabe recordar que, si bien los jóvenes pueden estar informados, siguen siendo vulnerables”.

El consentimiento en la definición de la violación

El 14 de noviembre, el Parlamento, la Comisión y los Estados miembros se reunieron otra vez para debatir la propuesta de Directiva sobre la lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica lanzada el 8 de marzo de 2022 para definir lo que constituye violencia sexual (violación, incluida la conyugal, mutilación, matrimonio forzado, esterilización forzada, acoso, etc.), y aprobada en junio de 2023 por los eurodiputados, según informa la cadena de televisión franco-alemana Arte.

Sin embargo, en junio, los ministros de Justicia de varios países (Francia, a la cabeza, Hungría, Polonia, Croacia, República Checa y Alemania) se opusieron al artículo 5, que define la violación como la “ausencia de consentimiento”.  

Los países que se oponen — al menos formalmente – lo hacen con base en una definición jurídica, explica Le Monde: solo “los ‘eurocrímenes’ — corrupción, terrorismo o explotación sexual — presentes en el artículo 83 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE) forman parte de ella. Los demás son competencia nacional”. 


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A esto se suma un problema cultural y social: ¿cómo utilizar, definir y concebir la noción de consentimiento desde un punto de vista jurídico? Con base en ciertos estudios — como Nature, de mayo de 2023 — y el sentido común, sabemos que el miedo no siempre se manifiesta con resistencia física y un “no” dicho claramente y en voz alta, o incluso solo susurrado, y que el “sí” puede decirse de muchas maneras diferentes y por motivos distintos. Aunque el concepto entre en las costumbres y en el campo semántico, puede resultar complejo desde un punto de vista jurídico. 

En las columnas de Libération, la jurista feminista estadounidense Catharine MacKinnon — a quien debemos la batalla jurídica por la definición del acoso sexual y que acaba de publicar Le Viol redéfini (Flammarion, 2023)  — se opone a la modificación de la propia ley francesa, que define la violación como un acto sexual cometido con “violencia, coacción, amenaza o sorpresa”.

“Si queréis cambiar la ley, haced explícitas las desigualdades de género que existen en las empresas, las relaciones íntimas, las parejas y las familias. ¿Cómo se puede ejercer el consentimiento cuando se está en una situación de desigualdad social? El consentimiento se utiliza para justificar la obediencia de quienes carecen de poder a la ley de quienes lo poseen”, explica MacKinnon. 

Según ella, la ley vigente debería mejorarse no con el concepto del consentimiento, sino “incluyendo la dimensión de la desigualdad: clase, edad, ‘raza’, minorías, nacionalidad, religión, discapacidades, la lista es extensa y detallada en la ley”.


Sobre la violencia de género 

En todo el mundo, 45 000 mujeres y niñas fueron asesinadas por su pareja o por un familiar en 2022, según las estimaciones del informe de ONU Mujeres  Gender-Related Killings of Women and Girls (Femicide/Feminicide)

Según la Comisión, en Europa, aproximadamente dos mujeres son asesinadas cada semana por su pareja o por un familiar. Los datos no son precisos porque las definiciones no lo son y porque la recopilación no es homogénea. La encuesta del MIIR, en colaboración con European Data Journalism Network (EDJNet), que publicamos en 2022 informa que, entre 2011 y 2021, más de 6500 mujeres (cifra a la baja) murieron en la UE a manos de su pareja o de un familiar.

El 1 de octubre entró en vigor en la UE el Convenio de Estambul sobre prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica, informa Eunews. Esto, pese a los seis países que se negaban a ratificarlo (Bulgaria, República Checa, Hungría, Letonia, Lituania y Eslovaquia), que, según el TFUE, citado anteriormente, tendrán que cumplirlo, puesto que los acuerdos internacionales celebrados por la Unión Europea “vinculan a las instituciones de la UE y a los Estados miembros”. 

El patriarcado está herido, por eso es más feroz – Entrevista con Ilda Dominijanni

Graziella Balestrieri l L’Unità | 22 de noviembre | IT

Giulia Cecchettin era una estudiante de 22 años. El 11 de noviembre fue asesinada por su exnovio, Filippo Turetta, con quien había permanecido en términos amistosos. Según datos del Ministerio del Interior italiano, desde principios de año, 102 mujeres han sido asesinadas, 82 de ellas en un contexto familiar o afectivo; 53 de ellas por su pareja (o expareja). 

La periodista Ida Dominijanni, entrevistada por L'Unità, brinda una lectura sistémica de este fenómeno frente a los discursos — en programas de entrevistas, de políticos — que lo reducen a criminalidad o desviación individual: “Hay todo un grupo de líderes de opinión que se sorprenden de que en Italia haya menos feminicidios que en los países del norte de Europa y sacan la conclusión de que entonces es erróneo atribuir el feminicidio a una cultura patriarcal. Detrás de esta objeción se esconde una ignorancia total de lo que es el patriarcado.  El patriarcado es un sistema socio-simbólico transcultural que se encuentra en diversas formas en diferentes culturas y que no se ve derrotado por la democracia. Nos encontramos ante un pospatriarcado, que ya no es el patriarcado tradicional, en el que ni siquiera era necesario matar a las mujeres, porque estaban domesticadas. Ahora tenemos un patriarcado herido, herido por la libertad ganada por las mujeres, y que luego reacciona ante ella de forma atroz".

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