El Gobierno griego ha rechazado la oferta hecha por un confidente no identificado para comprar cedés con los nombres de los evasores fiscales, robados por banqueros suizos, argumentando que ello constituiría un acto de “espionaje industrial”. De esta manera, Grecia se niega a seguir el ejemplo de Alemania y otros países, que compraron varios cedés de soplones suizos para recuperar impuestos de sus ciudadanos. El diario de Varsovia Rzeczpospolita señala que “no es un secreto que durante muchos años los griegos han depositado miles de millones de euros en las cuentas suizas”. Según la empresa suiza Helvea, la cantidad en cuestión podría alcanzar los 20.000 millones de euros. Rzeczpospolita añade que:
La Hacienda griega no tiene la menor idea de dónde está el 99% de ese dinero. Por tanto, si dicha suma pudiera ser tasada una vez que Grecia y Suiza firmen un acuerdo impositivo, podría suponer casi 4.000 millones de euros para el presupuesto griego.
El acuerdo que actualmente está siendo negociado por Atenas podría facilitar que los depósitos de ciudadanos griegos en los bancos suizos fueran gravados entre el 19 y el 34% (dependiendo de su duración), y que los impuestos fueran transferidos a la Hacienda griega. Alemania, Austria y Gran Bretaña han firmado acuerdos impositivos similares con Suiza.