La empresa de telecomunicaciones belga no logra eliminar el software de espionaje que fue instalado en su red, varis semanas después del ciber-ataque del que fue objeto, así como su filial Bics.
Aunque Belgacom afirma que ha solucionado su problema, una información confirmada el 3 de octubre por el responsable informático de la compañía durante una audiencia en el Parlamento Europeo, varias fuentes han manifestado lo contrario a Standaard, explicando que "el sofware [de piratería] es muy complejo y tiene el riesgo de mutar, lo que explica la dificultad en combatirlo".
El diario añade que
según toda probabilidad, son los servicios de inteligencia norteamericanos de la NSA y los británicos del GCHQ los que están detrás del acto de piratería.