Durante el partido entre Lituania y Bosnia-Herzegóvina, que calificó al equipo nacional para el Mundial 2014. Sarajevo, 15 de octubre de 2013.

Bosnia, por fin unida por un balón

Desde el final de la guerra en 1995, la comunidad internacional intenta en vano establecer un verdadero Estado bosnio multiétnico. Pero la FIFA consiguió que la federación de fútbol fuera realmente nacional. Y el resultado es una calificación para el Mundial del año que viene.
 

Publicado en 13 noviembre 2013
Durante el partido entre Lituania y Bosnia-Herzegóvina, que calificó al equipo nacional para el Mundial 2014. Sarajevo, 15 de octubre de 2013.

Gracias a la calificación para el Mundial 2014, Bosnia-Herzegovina ha recordado al mundo su existencia. Antaño, el fútbol dividió a los Balcanes. ¿Es posible que ahora logre unir al menos a uno de los países de la región?
Sarajevo, la capital de Bosnia-Herzegovina, acogió con entusiasmo la calificación histórica del equipo nacional para el Mundial de 2014 en Brasil. El éxito del fútbol eclipsó la crisis política, el conflicto con Bruselas y los problemas económicos.
Pero Sarajevo no representa toda Bosnia. El partido del equipo nacional no se retransmitió en la República Srpska, la parte del país habitada por serbios. Su presidente Milorad Dodik felicitó al equipo por su proeza, pero a regañadientes y sin entusiasmo. Al igual que los croatas bosnios, que no ocultan su apoyo a los croatas de Zagreb y que se juegan su viaje a Brasil en los partidos de eliminatoria.
En el pasado, el fútbol desempeñó una función clave en el destino de los Balcanes. [[El famoso partido disputado el 13 de mayo en 1990 en Zagreb entre los clubes yugoslavos Dinamo Zagreb y Estrella Roja de Belgrado, se considera el inicio simbólico de la guerra de los Balcanes]]. Alrededor de 3.000 seguidores del Estrella Roja se desplazaron desde Belgrado, bajo el mando de Zeljko Raznatovic-Arkan [el que fuera posteriormente uno de los jefes de las milicias serbias más sanguinarias, antes de ser asesinado en 2000]. Lo que estaba en juego no era de carácter deportivo, sino político: "Zagreb es Serbia", se leía en la pancarta desplegada en el estadio. Poco después, esos mismos seguidores se mataban entre sí como soldados enemigos.

El fracaso de la idea de un Estado multiétnico

La actual Bosnia-Herzegovina es producto de un acuerdo firmado en 1995 en Dayton que puso fin a la guerra en los Balcanes, así como de la Constitución redactada apresuradamente por los militares estadounidenses. Es una república compuesta por la Federación de Bosnia-Herzegovina, que ocupa el 51% del territorio y está habitada por musulmanes y croatas, y la República Serbia de Bosnia, la República Srpska (con el el 49% del territorio). Las dos partes poseen sus propias constituciones, Gobiernos, administraciones públicas e instituciones legislativas y judiciales. Las instituciones nacionales, como el Parlamento o la presidencia colectiva (tres miembros que cambian cada ocho meses), están formadas por representantes de cada una de las tres nacionalidades que constituyen el país.
En la práctica, la sociedad y el Estado multiculturales no funcionan. Los serbios, que representan el 37% de la población del país, no se identifican con el mismo. Sucede igual con los croatas (el 11% de la población), que consideran que los Acuerdos de Dayton beneficiaron ante todo a los musulmanes (el 48% de la población). De ahí que en la política bosnia existan temores de una división o de un fracaso de este país artificial.
Actualmente, según las disposiciones de los Acuerdos de Dayton, la presidencia colectiva únicamente puede estar asegurada por un serbio, un croata y un musulmán. Dicho principio fue objeto de dos denuncias interpuestas por un ciudadano gitano, Dervo Sejdic y de un ciudadano judío, Jacob Finci, que ganaron el caso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. El problema es que casi cinco años después de la sentencia, nadie en Bosnia sabe cómo ejecutarla. La ausencia de consenso sobre la solución del caso Sejdic-Finci bloquea el proceso de adhesión de Bosnia-Herzegovina, como declaró recientemente la Comisión Europea, que además reduce su apoyo financiero a 47 millones de euros, es decir, cerca de la mitad.

El fútbol todopoderoso

Después de la guerra, Bosnia contaba con tres asociaciones de fútbol y tres ligas. Hasta 2000 no se aliaron los croatas y los musulmanes y posteriormente se unieron a ellos los serbios. Al principio, la Federación Nacional estuvo dirigida por tres presidentes y estaba carcomida por la corrupción. Fue la FIFA la que acabó poniendo orden y exigiendo el nombramiento de un solo presidente. Cuando Sarajevo intentó oponerse a ello, la FIFA suspendió la representación nacional y excluyó a los clubes de las competiciones europeas. La reacción fue inmediata: se revisaron los estatutos y se eligió como presidente a Elmedin Begic. [[Actualmente, la representación nacional de fútbol es la única institución nacional que funciona]], aunque sus éxitos sólo los celebre la mitad del país y los seguidores sigan enfrentándose durante los partidos.
Tras la calificación para el Mundial de Brasil, por fin podemos hablar de éxito. El periodista bosnio Ahmed Buric opina que la actual generación dorada de jugadores es fruto de un verdadero don de los Balcanes para el fútbol y una sólida formación occidental. "Nuestros jugadores son en su mayoría hijos de los inmigrantes de la guerra", recuerda Buric. "Estos ciudadanos del mundo, que podían optar por lo más fácil, es decir, jugar con sus países de adopción, o bien por representar a esa Bosnia que conocen por los relatos de sus padres, han elegido esta última opción".
La representación nacional es mayoritariamente musulmana. Tal y como destaca Safet Susic, entrenador del equipo, él es musulmán, pero su brazo derecho es un serbio. "Su presencia en el equipo significa que todos los ciudadanos son igualmente importantes para la representación". Si los jugadores consiguieran en Brasil una medalla o un lugar justo detrás del podio, toda Bosnia se sentiría orgullosa, y los serbios y los croatas quizás cambiarían su visión sobre el país.
 

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