Las relaciones entre Suecia y Bielorrusia se han envenenado desde que un pequeño avión pilotado por un sueco, que entró ilegalmente el pasado 4 de julio en territorio bielorruso, lanzó centenares de ositos de peluche con invocaciones a la libertad y al respeto de los derechos humanos. La embajada de Suecia en Bielorrusia afirma que ha recibido amenazas hacia los ciudadanos suecos, tras la expulsión del embajador sueco y de todo el personal diplomático.Invitados a Minsk por el KGB bielorruso, que investiga sobre el incidente, los responsables de la agencia de publicidad Studio Total, en el origen de la operación, han sugerido a los hombres del "dictador" Alexander Lukashenko que son ellos los que deben viajar a Estocolmo.

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