El 29 de enero, tuvo lugar un tiroteo ante el Palacio de Justicia de Sofía, entre un francotirador y los guardaespaldas de Zlatko Ivanov. Este último, es un antiguo miembro de las fuerzas especiales, al que se apoda "el Boina", y está considerado por la justicia como un barón de la droga, escapó a la tentativa de asesinato.
El diario se sorprende por el carácter "espectacular y expresivo" del atentado, que tuvo lugar el mismo día en el que los ministros de Justicia e Interior, acompañados por el fiscal general, estaban en Bruselas para discutir sobre los progresos de Bulgaria en la lucha contra el crimen organizado. Se ha interpretado la acción como una demostración de fuerza e incluso una advertencia por parte de la mafia.