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Todos los domingos, después de misa, los habitantes de Ballyheacaminan en silencio de una punta a otra de ese pequeño pueblo del sur de Irlanda. Protestan contra el rescate al que se han sometido los bancos de su país, que colapsaron tras la explosión de la burbuja inmobiliaria irlandesa, en 2008. Los billones que se necesitaban para mantener esos bancos a flote, todo a cuenta de los contribuyentes, al final provocaron que el Gobierno irlandés tuviese que solicitar en 2010 un rescate a la troika (UE/BCE/FMI) por valor de 85.000 millones de euros.
Tras 66 semanas de manifestaciones dominicales en un país asolado por presupuestos austeros, desempleo masivo y emigración, su ira ha cobrado una dimensión internacional, pues 15 de ellos volaron a Fráncfort con una carta dirigida a Mario Draghi, el presidente del Banco Central Europeo. Según el Irish Examiner:
El largo documento se pegó con una pasta adhesiva en las puertas de cristal del alto bloque de oficinas de la sede del Banco Central Europeo y sirvió de saludo de bienvenida para los mandarines del euro que llegaban al trabajo.
Como las tesis de Lutero, clavadas en las puertas de la iglesia de Wittenberg hace alrededor de cinco siglos, los manifestantes de Ballyhea esperan que su declaración también traiga consigo una reforma.
Recibe lo mejor del periodismo europeo en tu correo electrónico todos los jueves[...] Martín Lutero se quejaba de las indulgencias que se vendían para pagar la construcción de San Pedro [del Vaticano] en Roma; los manifestantes irlandeses, por su parte, explicaban que el futuro del país se vendía para pagar por los banqueros.
Para los manifestantes, “recibidos con un inesperado civismo por los ciudadanos de Fráncfort y por el personal del BCE",
El BCE tiene la culpa de nuestra vertiginosa deuda bancaria. El BCE ha abusado de su poderío financiero y ha obligado a un débil Gobierno irlandés a hacerse cargo en nombre de los irlandeses de una deuda que no es nuestra.
