Europa se encuentra sumida en una revolución de “compañías zombis”, en la que miles de empresas que deberían haber quebrado debido a sus inmensas deudas se mantienen a flote gracias a “ayudas gubernamentales, políticas monetarias muy laxas y, a menudo, a la reticencia que los acreedores muestran a la hora de aceptar quitas en los préstamos desde el inicio de la crisis”, lamenta el Financial Times.
El diario económico cita a un consultor financiero: “El dogma clave del capitalismo, que sostiene que las compañías malas tienen que quebrar para dar paso a otras nuevas y mejores, se está reescribiendo”. Una de cada diez empresas en Reino Unido solo puede permitirse pagar los intereses de los préstamos en lugar de la suma principal. El diario añade que:
En algunos lugares del continente el problema es aún más grave. Los índices más bajos de insolvencia en 2011 se dieron en Grecia, España e Italia, los tres países cuyas economías han tenido más dificultades. En estos países han cerrado menos de 30 por cada 10.000 empresas, y eso en un momento en el que casi una de cada tres está incurriendo en pérdidas.
Se culpa a las compañías zombis de la débil recuperación de Europa, disparando las alarmas de que toda la Unión podría seguir los pasos de Japón, donde los bajos tipos de interés, una laxa política gubernamental y la renuencia de los grandes bancos a la hora de ejecutar las hipotecas de las empresas no rentables han generado décadas de débil crecimiento. El diario ahonda en que:
En los Estados Unidos, donde domina la filosofía de “la destrucción creativa”, se ha producido un rápido crecimiento del índice de insolvencia desde que empezó la crisis. Pero en Europa no ha aumentado en tal medida, porque los políticos están más concentrados en proteger los puestos de trabajo que en promover la eficiencia.
El diario cita a un experto en deuda que sintetiza gráficamente la situación:
Europa es como el suelo de un bosque que está completamente cubierto por semillas, esforzándose por conseguir nutrientes y luz para los retoños, con la esperanza puesta en que se conviertan en árboles. Lo que Europa necesita es un incendio que renueve el sotobosque.