“¡Es ya lo que nos faltaba!”, exclama Politis. El 27 de marzo el director ejecutivo del Bank of Cyprus [el mayor banco comercial del país], Yiannis Kypri, fue despedido por el gobernador del Banco de Chipre a instancias de la troika UE-BCE-FMI. El día anterior, el presidente del banco, Andreas Artemis, presentó su dimisión, pero el consejo de administración la rechazó.
El desarrollo del banco más importante del país, que debe reestructurarse como parte del plan de rescate de la troika, llega justo en el momento en que el presidente President Nicos Anastasiades anuncia “una comisión de investigación que pretende buscar a los responsables de la crisis económica”, publica el Cyprus Mail. “La investigación debe continuar incluso si al final nadie acaba en la cárcel”, titula el diario, que reconoce que “puede ser muy complicado conseguir encausar con cargos penales a quienes condujeron a la economía del país al borde del abismo total”. El periódico señala al presidente comunista precedente, Dimitris Christofias, añadiendo que:
¿Es un delito que un presidente sea un incompetente populista de corto alcance, que no tenga ni idea de cómo funciona la economía, que ignore cuál es la importancia del sector bancario y que pretenda complacer a los sindicatos a cualquier precio? El presidente anterior, que debería ser el primer sospechoso, podría esgrimir en su defensa que protegía los intereses de la clase trabajadora. ¿Será sometido el gobernador del Banco de Chipre a una investigación mientras ocupa su cargo y ostenta sus poderes? Repetirá lo que dijo ayer en la conferencia de prensa, que contaba con la plena confianza del Banco Central Europeo. Y que el BCE estaba al corriente y respaldaba todo lo que él hizo.