La ambición del futuro gasoducto Nabucco, cuya puesta en marcha está prevista para el 2014, es unir Asia Central y Europa Occidental para que esta última reduzca su dependencia del gas ruso. El trazado de la tubería —de 3.300 kilómetros— pasará por Turquía, Bulgaria, Rumanía, Hungría y Austria. Los cinco países han firmado hoy 13 de julio en Ankara un acuerdo que abre las negociaciones para poner en marcha este proyecto. “Aunque consigamos el dinero (…), quedará por resolver el problema más grave: el abastecimiento de gas”, matiza el experto turco Necdet Pamir en Le Figaro.
“Azerbaiyán dio un gran revés a los promotores de Nabucco a principios de julio al acordar con Gazprom una entrada de gas prioritaria”, explica el diario francés. Frente a la enérgica reacción europea, la compañía petrolera del Estado azerbaiyano ha afirmado que, a pesar de ese acuerdo, suministrará el volumen de gas prometido. Turkmenistán, con las relaciones con Moscú a bajo cero, ha decidido unirse al proyecto europeo. “Bruselas espera conseguir el mismo compromiso de Kazajstán y Uzbekistán, echándole el ojo, a largo plazo, a las reservas de gas de Egipto, Irak e Irán”, concluye Le Figaro.