El diario Frankfurter Rundschau informa que “el ejército austríaco no volverá a participar en el homenaje que le rinden a las Waffen-SS en Carintia”, y añade con ironía que se trata de “una muy buena noticia”. Cada año, desde 1985, la Kameradschaft IV, una asociación compuesta por los veteranos del ala militar de la organización nazi, organiza una conmemoración a la altura de Ulrichsberg. Muchas personalidades de la extrema derecha europea, como la hija del Comandante en Jefe de las SS, Heinrich Himmler, o la del difunto líder del partido liberal austriaco, Jörg Haider, asisten con frecuencia.
“Un acontecimiento de lo más inverosímil”, considera el diario muniqués, dado que las Waffen-SS tenían el apoyo oficial del ejército austriaco, tocaban la fanfarria y tenían una guardia de honor. Si Viena ha cambiado de parecer acerca de su presencia, ironiza el periódico, se debe a que el Ministro de Defensa, Norbert Darabos, ha considerado por fin “que este tipo de acontecimiento no se aleja lo suficiente de la ideología nazi”. Los militares ya no tienen derecho a participar uniformados, pero pueden por supuesto acudir de civil.