La policía ha detenido a los presuntos culpables de una agresión racista contra una familia gitana que reside en el Este del país. Los doce jóvenes detenidos, nueve hombres y tres mujeres, forman parte de una organización ultraderechista y podrían ser condenados a 15 años de prisión. La dureza de la pena está a la altura de la indignación que suscitó el violento episodio en la República Checa, un suceso que gozó de una gran cobertura mediática. El diario Lidové Noviny recuerda que entre los tres heridos se encontraba una niña de dos años, que sufrió quemaduras en el 80% del cuerpo.
Según el rotativo checo, el suceso vino a empañar la reputación de la República Checa, un país “del que el pueblo gitano se ve obligado a huir porque los extremistas se pasean tranquilamente y lanzan cócteles molotov contra sus casas”. “Por fin tendremos titulares como los que se publican en tantos otros países y que tanta falta hacían: ‘Penas más duras para los asesinos racistas’ (Francia) o ‘Tres años y medio por agredir a un rabino’ (Alemania)”, celebra el comentarista Zbyněk Petráček.