Diccionario de motes para ecologistas

¿Quién se resiste a la tentación de burlarse amablemente de los adeptos a lo ecológico? Recorrido europeo de los sobrenombres dados a los "amigos de lo verde".

Publicado en 21 agosto 2009

El ciudadano moderno, con conciencia medioambiental, se viste con los últimos modelos de marcas como American Apparel o Pants to Poverty, compra productos biológicos y se monta cada mañana en su bicicleta. Los ingleses van por delante en cuanto a la crítica de lo ecológico: se burlan de los ecologistas, a los que llaman despectivamente mother earth lover (amante de la madre tierra) o bug-eater (comedores de insectos), y olvidan así por completo que en las tiendas biológicas no se compran escarabajos secos, sino productos italianos y chocolates de lujo.

Sin embargo, son los alemanes los que hacen auténticas piruetas lingüísticas: mientras utilizan todavía de forma neutral las partículas öko o ök (eco), los conceptos ‘sellador de patatas’ (Kartoffelstempler) y ‘alumno de la escuela Waldorf’ (Waldorfschüler) hacen escuela entre los germanos. El pacifismo fundamental de los ecologistas alemanes les ha hecho ganarse el nombre de pretzel o rosquilla de la paz, así como ‘devoradores de muesli', los famosos Müsliesser . En los últimos años, en países germanohablantes también ha surgido el concepto de ‘bebedores de Bionade’, Bionadetrinker , para definir a los ecologistas.

Los franceses también tienen fórmulas descalificantes. Un dulce écolo no tiene nada de malo, pero llamar a alguien bobo bio es una burla francesa de lo más castiza. Las personas calificadas como bobo suelen ser los parisinos con buenos salarios o aquéllos a los que les gustaría serlo, esos que cuidan su estilo de vida bohemio-burguesa como quien cuida de su ropero. Lo que enfada a la mayoría de críticos del ecologismo en toda Europa es la presunta hipocresía de algunos ecologistas. Los polacos hablan en este caso de ciemnozielony (‘verde oscuro’) . El color de los presuntos ecologistas no siempre demuestra una auténtica conciencia verde. Los países mediterráneos europeos se quedan atrás en lo que se refiere a la producción de insultos contra los ecologistas. A los italianos apenas se le puede tirar de la lengua más que un cansado fanatico dell’ecologia . Los españoles también se quedan cortos de imaginación y algunos los llaman bio obsesionados , aunque no faltan quienes los califican de come-hierbas . La estupefacción mediterránea ante la invasión verde demuestra, más que la falta de entusiasmo, que la tendencia ecológica todavía no ha calado en las tierras del sur de Europa.

Por Lilian Maria Pithan - París Traducción : Andreu Jerez Ríos

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