En el país más ateo de la Unión, la Iglesia católica hace entrada en la campaña electoral: su jefe, el arzobispo de Praga, el cardenal Milosvak Vlk, ha condenado a los partidos políticos que contribuyeron a la caída del gobierno de coalición el pasado mes de marzo, en plena presidencia checa de la Unión. Su anatema ha sido portada en los diarios MF DNES y Lidové Noviny. Dicho comportamiento de los políticos, afirma el cardenal, es "irresponsable", por lo que "no se merecen ser elegidos en el Parlamento europeo“. Sus críticas se han dirigido principalmente a los socialdemócratas y a los comunistas. La reacción del líder socialdemócrata no se ha hecho esperar: Jiri Paroubek ha acusado a Monseñor Vlk de defender "los intereses de la Iglesia", porque la caída del gobierno de Mirek Topolanek le ha impedido recuperar "las propiedades" y los "millones de coronas checas" confiscadas por los comunistas.
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