Noticias El lado oscuro de las finanzas verdes | 8

Casi una quinta parte de las emisiones mundiales de carbono se genera por culpa de miles de millones de euros en inversiones “verdes” europeas

Los fondos de inversión con etiquetas y nombres eco como “Sustainable Global Stars” siguen teniendo participaciones en las grandes empresas de energías fósiles que agravan la crisis climática. Parece inminente una campaña de la UE contra el ecoblanqueo.

Publicado en 11 junio 2025

En 2024, varios bancos y otros gestores de activos mantenían inversiones por valor de más de 33 000 millones de dólares en las principales empresas petroleras responsables del 18 % del total mundial de emisiones anuales de gases de efecto invernadero (GEI) por medio de los llamados fondos “verdes” que supuestamente promueven una economía sostenible, según revela una investigación de Voxeurop y The Guardian. Los fondos en cuestión son comercializados por empresas tan importantes como JP Morgan, DWS/Deutsche Bank y BlackRock.

“Inversiones verdes” de las grandes petroleras

Uno de los objetivos del Acuerdo de París es “situar los flujos financieros en un nivel compatible con una trayectoria que conduzca a un desarrollo resiliente al clima y con bajas emisiones de efecto invernadero”. Sin embargo, muchos gestores de activos globales, si bien apoyan públicamente el acuerdo, siguen financiando a algunas de las empresas de combustibles fósiles que más emiten del mundo, mediante inversiones comercializadas como “verdes”.

Los fondos “verdes” que identificamos son aquellos que brindan información en virtud del reglamento sobre divulgación de información relativa a la sostenibilidad en el sector de los servicios financieros (SFDR), que entró en vigor en 2021. Los artículos 8 y 9 del SFDR tratan de la promoción de objetivos “ambientales o sociales” e “inversiones sostenibles”, respectivamente.

La ley es aplicable a todas las instituciones financieras, sea cual sea su nacionalidad, siempre que operen en el mercado financiero de la UE, el mayor del mundo. De hecho, las instituciones financieras originalmente domiciliadas en EE. UU. y el Reino Unido representan una participación significativa del total, puesto que invierten 9100 y 6600 millones de dólares respectivamente, con lo que llegan a representar conjuntamente el 46 % del total.

Las diez instituciones financieras con mayor participación en combustibles fósiles en sus fondos de los Artículos 8 y 9 dedican en total 12 600 millones de dólares, lo que representa más del 40 % de las inversiones verdes en las principales empresas emisoras de carbono. Ya hemos publicado comentarios de la mayoría de ellas en nuestra investigación anterior.

Los gestores de activos siguen invirtiendo en las mayores empresas de combustibles fósiles sin dejar de mantener sus clasificaciones conforme al SFDR, que permiten tales participaciones. “Es diabólico que los bancos y los gestores de activos inviertan miles de millones en las mayores empresas de combustibles fósiles bajo la rúbrica de “inversión verde”, cuando lo que necesitamos es acelerar las inversiones en energías con baja o nula generación de carbono, en la gestión eficiente  de la huella de carbono y en tecnologías para la retirada del carbono”, dijo Richard Heede, jefe del Instituto de Responsabilidad Climática.

Nuestra investigación analizó las inversiones “verdes” en 37 empresas de combustible fósiles enumeradas en el informe de la organización Carbon Majors, 34 de las cuales son propiedad de inversores y representan el 80 % de las emisiones de carbono de todo el sector de energías fósiles cotizado en las bolsas mundiales. Utilizamos datos del último trimestre de 2024 y del primer trimestre de 2025 para las compañías cotizadas en bolsa, aportados por la organización London Stock Exchange Data & Analytics.

Los diez principales emisores de carbono, incluyendo TotalEnergies, Shell, ExxonMobil, Chevron, BP, Lukoil, Equinor y las tres empresas predominantemente estatales Saudi Aramco, Coal India y Abu Dhabi National Oil Company, representan el 60 % de todas las inversiones verdes, que ascendieron a 21 000 millones de dólares. De estos, 18 000 millones correspondían a las cinco principales empresas de acuerdo con una clasificación de 2023 para la producción de petróleo y gas entre compañías propiedad de inversores.

Estas empresas fueron responsables del 13 % del total mundial de emisiones de GEI en 2023, el doble de las emisiones anuales del resto de empresas públicas y privadas que operan en Europa. Otras inversiones mediante fondos que siguen las normas de la UE para la financiación sostenible incluyen a Devon Energy (empresa estadounidense dedicada a la fracturación hidráulica para obtención de petróleo) y a Suncor (empresa canadiense dedicada a la explotación de arena de petróleo).

“Compromiso positivo” frente a “desinversión”

Los inversores suelen alegar que poseer acciones de estas empresas les permite influir en el logro de sus objetivos climáticos mediante un “enfoque de compromiso positivo en vez de una política de exclusión (o desinversión)”. Sin embargo, las normas de la UE sobre finanzas sostenibles no requieren que los gestores de activos sean transparentes en cuanto a sus prácticas de compromiso positivo. Hasta ahora, ninguna de las grandes empresas del petróleo y del gas tiene planes de negocio que se alineen con objetivos climáticos internacionales. De hecho, muchas de ellas han moderado sus planes a lo largo del pasado año, de acuerdo con un informe de Carbon Tracker publicado en abril de 2025.

“Sabemos por nuestras encuestas que el 50 % de las personas en Europa quiere marcar la diferencia con sus inversiones (verdes). Sin embargo, estas personas están siendo sistemáticamente engañadas”, dice Nicola Koch, jefe de Inversiones Minoristas y de Impacto en el Sustainable Finance Observatory. Esta es la razón por la que la Plataforma sobre Finanzas Sostenibles de la UE, un organismo asesor de la Comisión Europea, “ha abogado claramente por que el impacto tiene que ser integrado en el marco de las finanzas sostenibles”, añade.

El objetivo de los legisladores de la UE es promover la transparencia en torno al nivel de cumplimiento climático (y otros impactos socioambientales) de los productos financieros. De esta manera, la inversión se podría alentar hacia proyectos más limpios, ayudando así a los países de la UE a conseguir la neutralidad climática en 2050. Pero las muchas lagunas y la debilidad de su implantación han permitido unas inversiones masivas en actividades intensivas en carbono, tal como ya ha revelado Voxeurop. Mientras tanto, las etiquetas establecidas por los reglamentos de la UE se han usado para exhibir las credenciales medioambientales (a menudo falsas) de un producto financiero.

Hasta la fecha, esta situación ha persistido a pesar de los intentos por resolverla. La Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA) solicitó reformas radicales para combatir el greenwashing. En agosto de 2024, adoptó directrices más estrictas para el uso de términos relacionados con la sostenibilidad y los criterios ASG (que promocionan los principios ambientales, sociales y de gobernanza) en los nombres de los fondos, prohibiendo que los fondos con inversiones significativas en combustibles fósiles se etiqueten como “verdes”, “ASG” o “sostenibles”.

El plazo límite para la aplicación de las nuevas directrices terminó el 21 de mayo de 2025. Las directrices no son legalmente vinculantes, pero después del 21 de mayo los reguladores financieros nacionales podrán exigir a las empresas que informen públicamente si sus productos cumplen las normas y podrán optar por sancionar el no cumplimiento de las directrices. Tal como muestra la tabla de cumplimiento facilitada por ESMA, la mayoría de las autoridades nacionales han decidido cumplirlas.


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Ya son varios los gestores de activos que han renombrado sus fondos –o que están en proceso de hacerlo– para alinearse con las directrices de ESMA. BlackRock y JP Morgan Asset Management anunciaron en marzo y en abril, respectivamente, que retirarían palabras tales como “sostenible” y “ASG” de los nombres de algunos fondos. Defensores del medioambiente dijeron que bien podían haberlo hecho antes. JP Morgan, DWS, LGIM y State Street declinaron todas las solicitudes de comentarios.

En marzo de 2025, menos de dos meses antes de que las nuevas directrices de ESMA entraran en vigor, había fondos por valor de 2000 millones de dólares que todavía no las cumplían. Algunos de los fondos con las mayores inversiones en combustibles fósiles eran el fondo “MSCI Europe Climate Pathway” de L&G (88 millones de dólares en BP, Shell y TotalEnergies) o el fondo “Sustainable Global Stars” de Robeco que invierte 40 millones de dólares en TotalEnergies.

De acuerdo con las nuevas directrices, otros fondos que contengan palabras relacionadas con la transición combinadas con un término medioambiental tendrán que garantizar que las inversiones “están dentro de un camino claro y mensurable hacia la transición social o medioambiental, o que se hacen con el objetivo de generar un impacto social o medioambiental medible a la vez que un rendimiento financiero”. Incluyen, por ejemplo, al fondo “Cardano ESG Transition” que invierte 25 millones de dólares en empresas de combustibles fósiles, o “iShares MSCI Europe ESG CTB Enhanced” (160 millones de dólares en TotalEnergies, Equinor, Eni, Repsol, Aker, EQT, OMV). CTB significa “punto de referencia de la transición de carbono”.

Sin embargo, los analistas han criticado este aspecto de las directrices, ya que las grandes empresas petroleras presuntamente se están apartando de sus compromisos en materia de energía renovable.

“Las empresas que impulsan activamente proyectos de expansión de combustibles fósiles constituyen un obstáculo importante para la transformación de los mercados energéticos europeos. No deberían ser elegibles para ningún fondo ASG, incluidos los ‘fondos de transición’ del SFDR”, afirmó Fiona Hauke, investigadora de Urgewald, refiriéndose a las recomendaciones publicadas recientemente con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) para mejorar el SFDR.

“Para que un fondo se considere ‘verde’, invertir en grandes empresas de combustibles fósiles debería ser una línea roja”, declaró Giorgia Ranzato, gerente de finanzas sostenibles de Transport & Environment (T&E). “Dado que las grandes petroleras no contribuyen significativamente a la transición energética, cualquier inversión en dichas empresas por parte de un fondo verde es esencialmente ecoblanqueo. Para combatir esto eficazmente, T&E y otras organizaciones abogan por una amplia revisión del SFDR”.

¿Suficiente para evitar el greenwashing?

Un portavoz de BlackRock dijo: “Los fondos de BlackRock se gestionan de acuerdo con sus objetivos de inversión, que están claramente expuestos en el folleto de cada fondo y en el sitio web de BlackRock. Nuestros fondos sostenibles se gestionan conforme a los reglamentos aplicables que rigen las inversiones sostenibles. Para los inversores que tengan objetivos de inversión en descarbonización ofrecemos una gama de productos que brindan esa exposición”.

Contactado por Voxeurop, un portavoz de Robeco afirmó que su fondo Sustainable Global Stars eliminaría la palabra “sostenible” de su nombre. El portavoz añadió que el fondo tiene una huella de carbono un 20 % mejor que el índice del mercado y que la empresa mantiene un “compromiso productivo e intenso” con TotalEnergies.

“Estas directrices distan mucho de ser suficientes para evitar el ecoblanqueo en los fondos de inversión”, dice Paul Schreiber, analista senior de políticas en Reclaim Finance. “Los gestores de activos que no desean cambiar la composición de sus fondos para adaptarlos a las directrices, pueden sencillamente cambiarlos de nombre. Así, los inversores que quieran evitar los combustibles fósiles tienen que buscar fondos con una etiqueta ‘sostenible’ o ‘medioambiental’ o podrían encontrarse invirtiendo en empresas petroleras por equivocación”.

“Necesitamos normas estrictas que prohíban las inversiones en empresas que exploten combustibles fósiles a cualquier fondo con una descripción relacionada con los criterios ASG”, añade Schreiber. “Esto es precisamente lo que el SFDR no ha conseguido hacer. En este contexto, la revisión de los reglamentos tiene que incluir unas estrictas exclusiones de los combustibles fósiles que afecten a todas las clases de fondos”.

Un portavoz de ESMA dijo: “Nos centramos en apoyar [a las autoridades nacionales] para que implementen las directrices actuales, ya que solo serán aplicables a los fondos existentes el 21 de mayo. En el futuro, de ser necesario, evaluaremos la posibilidad de modificar las directrices junto con las autoridades competentes, teniendo también en cuenta los posibles avances en la revisión del SFDR.

TotalEnergies ha declarado que la compañía apoya los objetivos del Acuerdo de París y que su estrategia es coherente con un aumento de la temperatura global inferior a 2 °C. Shell declinó hacer comentarios. Otras empresas de combustibles fósiles no respondieron a la solicitud de comentarios.

Edición: Harry Bowden, Gian-Paolo Accardo
🤝 Este artículo forma parte de una investigación coordinada por Voxeurop con el apoyo de Journalismfund Europe. Se publica en asociación con The Guardian.
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Desde la década de 1980 y la financiarización de la economía, los actores financieros nos han mostrado que los vacíos legales esconden una oportunidad a corto plazo. ¿Cómo terminan los inversores ecológicos financiando a las grandes petroleras? ¿Qué papel puede desempeñar la prensa? Hemos hablado de todo esto y más con nuestros investigadores Stefano Valentino y Giorgio Michalopoulos, que desentrañan para Voxeurop el lado oscuro de las finanzas verdes; hazaña por la que han sido recompensados varias veces.

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