Más de 61.000 hectáreas de los bosques de Portugal han sido destruidas, desde comienzos del año, a causa de los incendios – sólo 40.000 hectáreas en agosto. El 25 de agosto fue el peor día del año, con 362 incendios repartidos por todo el país, escribe Público.
La lucha contra las llamas ha costado ya la vida a cuatro bomberos y 74 millones de euros, casi cuatro veces los 20 millones anuales que se gastan en prevención de incendios, añade el diario. Continua:
[lo que] se requiere es la ingente tarea de reconstrucción de los servicios forestales destruidos por las negligencias de los sucesivos gobiernos, el desarrollo de un registro forestal para identificar a los propietarios de un tercio de los bosques, y una política impositiva que penalice fuertemente a quienes abandonen sus tierras forestales.