Hace un año, esta misma semana, y a las 48 horas de jurar su cargo, Barack Obama anunció el cierre del Centro de detención de la Bahía de Guantánamo en un plazo de 12 meses, así como el desmantelamiento de la red de prisiones secretas de la CIA. A día de hoy, aún quedan 198 reclusos en Guantánamo. A la CIA aún se le permite llevar a cabo “operaciones de extradición forzosa” o secuestro, para ser más precisos. Aún puede detener a personas de forma secreta o llevarlas a otro país para su interrogatorio. Aún siguen desaparecidas decenas de personas de las que se sabe que han estado en prisiones secretas de la CIA.A los detenidos se les sigue denegando un juicio justo. Nadie ha sido llevado a los tribunales por los actos de secuestro o tortura cometidos por los servicios de inteligencia estadounidenses y los individuos que actúan en su nombre.
Desde cualquier punto de vista, incluido desde el suyo propio, el primer año de la administración Obama ha estado marcado por un progreso muy limitado en lo que a derechos humanos respecta. Es cierto que se ha puesto en libertad a muchos de los presos confinados en Guantánamo. Se ha prohibido el uso de la técnica del submarino y de otras de las denominadas técnicas mejoradas de interrogatorio. Está claro que estas medidas son una noticia excelente, pero los abusos a los derechos humanos cometidos por los Estados Unidos en la actualidad no son menos atroces por el mero hecho de que George Bush ya no se encuentre en el poder. El primer paso para poner fin a esta situación es aceptar que no se trata únicamente de un problema estadounidense. El gobierno de este país no lleva una década violando los principios del estado de derecho y los derechos humanos internacionales por sí solo. Ha contado con ayuda. En 2006, el Consejo de Europa afirmó lo siguiente: “Es manifiesto que las autoridades de varios países europeos han colaborado activamente con la CIA en estas actividades ilegítimas. Otras naciones las han ignorado conscientemente o no han querido saber nada al respecto”.
Símbolo de detenciones secretas y encarcelamientos ilegales
Los gobiernos europeos han permitido a la CIA utilizar sus aeropuertos y espacios aéreos para transportar a prisioneros. Albergaban centros secretos de detención. Su personal de seguridad participaba en los interrogatorios y detenciones ilegales que infligían a sus propios ciudadanos. Guantánamo existe porque los Estados miembros de la UE, incluida Irlanda, lo permiten. Sin embargo, a pesar de ello y de los frecuentes llamamientos realizados por la Unión Europea a favor de su cierre, la mayoría de los países miembros son reacios a prestar ayuda práctica. Se ha autorizado la puesta en libertad de aproximadamente 50 prisioneros de Guantánamo pero éstos no pueden regresar a casa porque correrían riesgo de ser encarcelados, torturados o padecer otras violaciones de los derechos humanos. En junio, la UE y EE.UU acordaron un marco que permitiría a los Estados miembros de la primera aceptar a algunos de estos detenidos. Hasta la fecha, sólo siete antiguos detenidos han sido acogidos en Europa en calidad de hombres libres. El gobierno irlandés merece que se le reconozca el liderazgo moral de facto que ha demostrado en la UE al aceptar a dos de esos hombres en septiembre, pero la reacción de los demás Estados ha sido decepcionante. Europa tiene que implicarse en la resolución del problema que ha ayudado a generar.
Tan importante como el cierre de Guantánamo es garantizar que no vuelva a ocurrir. Y es aquí donde el gobierno irlandés debería tomar cartas. Se sabe que la CIA usó el aeropuerto de Shannon para sus operaciones de extradición forzosa. Guantánamo es el símbolo más visible de todo un sistema de prisiones, centros de detenciones secretas y redes de extradición forzosa que ha posibilitado el secuestro y encarcelamiento ilegales de cientos de personas. A los cautivos que aún permanecen allí se les debería someter a un juicio justo, independiente e imparcial o, en caso contrario, se les debería liberar. Obama debería estar a la altura de sus compromisos y nuestro Taoiseach precisa mostrar una actitud a la altura de los suyos.
Asilo
Once países dispuestos a acoger a los presos
Los países de la Unión Europea ya han realizado los primeros trámites para dar asilo a los ex presos de Guantánamo. Los 196 reos de Guantánamo “no pueden ser enviados de vuelta a sus países de origen (China, Libia, Siria, Tayikistán, Túnez o Uzbekistán) por miedo a que sean torturados o se les prive de su libertad”, afirma el diario polaco Rzeczpospolita. Bajo presión de EE.UU., unos cuarenta países, entre los que figuran el Reino Unido, Hungría, Italia, Suecia, Portugal, Irlanda, Francia, Dinamarca y Bélgica, se han mostrado dispuestos a acoger a algunos de los presidiarios de Guantánamo. Hace poco, tres de ellos fueron trasladados a Eslovaquia y dos a España. Este mes, los ministros de Exteriores de los países comunitarios hablarán sobre cómo ayudar al presidente Obama a cerrar la conocida cárcel. Según Katherine O’Shea, responsable de Comunicación de Reprieve, una ONG que defiende a los presos en todo el mundo, “Polonia y otros países de la UE deberían sumarse a la lucha en favor de los derechos humanos y acoger a los presidiarios de Guantánamo, ya que ésta es la única solución”. Polonia, uno de los 14 Estados que permitieron a la CIA la entrega extraordinariade presos en territorio polaco, y que además habría puesto al servicio de esta organización centros de detención secretos, se resiste a seguir el ejemplo de otros Estados miembros porque según Varsovia no existe “una comunidad musulmana importante en el país que pueda ayudar y apoyar a los presos de Guantánamo tras su puesta en libertad”.