Tras las investigaciones iniciadas en los supuestos sobornos en las empresas ENI y Finmeccanica, otros grandes nombres de la economía italiana están bajo observación de las autoridades, incluyendo el propietario del club de fútbol Cagliari, por presunta malversación, y el productor Angelo Rizzoli, acusado de fraude en quiebra.
Diez días antes de las elecciones, el primer ministro Mario Monti ha comparado la situación con los juicios de la corrupción que en 1992 propiciaron la caída del sistema de partidos de la postguerra. Su competidor, Silvio Berlusconi, ha manifestado que los sobornos pagados por ENI y Finmeccanica en Argelia son "comisiones" normales que son regularmente pagadas en democracias emergentes.