“El 21 de julio, el rey Alberto II de Bélgica cederá la corona al príncipe Felipe”, informa el diario Gazet van Antwerpen al día siguiente del anuncio sorpresa en el que el soberano declaró que renunciaba a su trono en razón de su edad (79 años) y por su salud.
Alberto II supo “salvar al país de una revuelta popular” y “ganarse los corazones tanto de la población como de la clase política desde el caso Dutruox [en 1996], cuando tuvo la iniciativa de recibir a los padres de los niños asesinados por el pedófilo”, según señala el diario flamenco.
Puesto que Alberto II ha sabido mantener la unidad de Bélgica durante tantas crisis políticas,
la mayoría de partidos desean una monarquía basada en el modelo escandinavo, donde el soberano no juega papel alguno ni en el proceso legislativo ni en la formación de gobierno.
En cuanto al futuro rey Felipe, el Gazet van Antwerpen señala que debe:
borrar el escepticismo hacia su persona, en uno de los países probablemente más difíciles de gobernar.