Tal y como titula L’Unità, Muamar al Gadafi ha vuelto a Roma para dar un nuevo "espectáculo". Además de la puesta en escena habitual, con las "amazonas" de su guardia personal y la tienda beduina situada en el jardín de la embajada de Libia, el líder libio ha impartido una conferencia sobre el islam ante 500 jóvenes reclutadas por una agencia especializada, a cada una de las cuales se ha pagado 70 euros. En esta ocasión, tres de ellas se han convertido. "El islam debería ser la religión de toda Europa", afirmó igualmente, con lo que ha suscitado las críticas de los católicos en el gobierno y el bochorno de su aliado Silvio Berlusconi, que calificó sus declaraciones de "folclore". La finalidad de la visita era celebrar el aniversario de los "acuerdos de Benghazi", por los que Italia y Libia han puesto fin a su contencioso postcolonial. Con dichos acuerdos, se prevén compensaciones financieras por la ocupación italiana, a cambio de que Trípoli se comprometa a perseguir a los inmigrantes que partan de sus costas y a invertir capital en varias empresas italianas. Todo ello, según el diario de izquierda, contribuye al "giro mercantilista" realizado por la política exterior italiana.
Live | IA, medios de comunicación y democracia: ¿una ecuación imposible?
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