Mientras la guerra en Gaza continúa y las víctimas no dejan de aumentar, a la Unión Europea le está costando adoptar una postura conjunta clara con respecto a Israel. Si bien algunos países han comunicado una frustración cada vez mayor, otros han decidido responder de manera individual. El 17 de julio, Eslovenia prohibió el acceso a su territorio a dos ministros israelíes de la extrema derecha religiosa –Itamar Ben-Gvir (Seguridad Nacional) y Bezalel Smotrich (Finanzas, delegado de Defensa)– acusándolos de hacer “declaraciones genocidas” que incitan “a una violencia extrema y a graves violaciones de los derechos humanos”. Esta medida (la primera de este tipo en la UE) recuerda a sanciones similares adoptadas a principios de junio por otros países, como Reino Unido o Noruega.
En junio de este año, Irlanda se convirtió en el primer país de la UE en presentar un proyecto de ley que prohíbe la importación de productos procedentes de colonias israelíes en los territorios ocupados. Otros países, como Suecia, están presionando para que la UE sancione a los ministros extremistas israelíes.

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