La ciudad de Trappers, en el extrarradio de París, fue escenario de disturbios durante el 20 y el 21 de julio. Los hechos se desencadenaron después de que se pidiese la identificación a una mujer que llevaba un velo integral.
Estos acontecimientos reflejan sobre todo que “el síntoma de malestar del extrarradio no se debilita”, señala Libération. El diario, que alerta sobre el riesgo de agitación en algunos barrios golpeados por el desempleo y la discriminación, subraya las responsabilidades políticas:
La responsabilidad abrumadora de esta situación incumbe tanto a la izquierda como a la derecha. Y únicamente había que comprobar el mínimo espacio dedicado al extrarradio en la campaña presidencial de 2012 para medir el desencanto político. A pesar de la crisis y de la austeridad presupuestaria, los enfrentamientos de Trappers instan con urgencia al Gobierno a tomar medidas.
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