Dinamarca “no ha hecho un buen trabajo” en lo relativo a la seguridad de Groenlandia: esto decía el vicepresidente estadounidense J.D. Vance durante su visita a la base estadounidense de Pituffik el 28 de marzo. El compañero de filas de Donald Trump también aprovechó la ocasión para anunciar su deseo de que el territorio autónomo pase a estar bajo la protección de Estados Unidos, excluyendo así una anexión por la fuerza. Una propuesta que el presidente ya ha contradicho, pues ha declarado que no descarta ninguna vía para acceder a estas tierras tan codiciadas, así como a los valiosos minerales que albergan.
La visita y las palabras de J.D. Vance han provocado resistencias en la isla boreal. Tan solo unas horas después de su llegada, se formó ante el Parlamento groenlandés una coalición antiamericana. La respuesta del nuevo primer ministro groenlandés Jens-Frederik Nielsen, cuyo partido (los Demócratas, centro) ganó las elecciones el pasado 11 de marzo, fue clara y directa: los groenlandeses solo se pertenecen a sí mismos.
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