Volodímir Zelenski ya puede respirar. El 20 de abril de 2024, la Cámara de Representantes de Estados Unidos votó por el plan de ayuda estadounidense a Ucrania. El texto también incluye una ayuda financiera a Israel, a los aliados de Estados Unidos en la zona indopacífica y, en menor medida, a los civiles que se encuentran en zonas de conflicto. En lo que respecta a Kiev, prevé 57 000 millones de euros de asistencia. Con este monto se financiarán, entre otras cosas, la capacitación y el funcionamiento del ejército ucraniano, al igual que el suministro de equipos o la cooperación de los servicios de inteligencia estadounidenses y ucranianos.
La votación por los programas de ayuda es el resultado de largos meses de debate entre demócratas y republicanos, y el acuerdo final incluye algunas concesiones otorgadas a los conservadores en torno a la lucha contra el tráfico de drogas y la influencia extranjera. El texto ya ha sido aprobado por el Senado y firmado por el presidente Joe Biden, lo que tranquiliza a Kiev, al tiempo que se alzan varias voces para advertir de una posible derrota de Ucrania este año.
Desde la década de 1980 y la financiarización de la economía, los actores financieros nos han mostrado que los vacíos legales esconden una oportunidad a corto plazo. ¿Cómo terminan los inversores ecológicos financiando a las grandes petroleras? ¿Qué papel puede desempeñar la prensa? Hemos hablado de todo esto y más con nuestros investigadores Stefano Valentino y Giorgio Michalopoulos, que desentrañan para Voxeurop el lado oscuro de las finanzas verdes; hazaña por la que han sido recompensados varias veces.
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