Los temores producidos por la caída de las bolsas a principios de semana y las presiones de la UE y de Alemania parecen haber dado sus frutos: el Senado italiano tenía que aprobar este 7 de septiembre la última versión del plan de austeridad que reduciría el déficit público y aliviaría al BCE. Los diputados deberán aprobarla a lo largo de la semana. El plan, modificado en varias ocasiones desde que se anunció, prevé entre otras cosas, aumentar en un punto el IVA (que pasará a ser del 21%) y aplicar un impuesto a los ingresos que superen los 300.000 euros al año, explica el Corriere della Sera. “¿Qué ha sido de reducir a la mitad los parlamentarios?”, pregunta el editorialista Dario Di Vico, que comparael plan a la tela de Penélope y pide al Gobierno que “ponga punto y final”. El plan ya ha provocado reacciones por parte de los interlocutores sociales: el 6 de septiembre, casi un millón de personas se manifestaron en varias ciudades italianas convocados por la CGIL, el sindicato principal, para protestar contra los recortes presupuestarios anunciados.
Live | IA, medios de comunicación y democracia: ¿una ecuación imposible?
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