Entrevista Periodismo y democracia
Un fragmento de "Comment les riches ravagent la planète" de Hervé Kempf y Juan Mendez. comment riches ravagent planete kempf Juan Mendez Reporterre

El periodista medioambiental Hervé Kempf: “La cuestión ecológica y la cuestión social son indisolubles”

Hervé Kempf es periodista y fundador de Reporterre, un medio de comunicación francés centrado en las cuestiones climáticas y ecológicas. Un éxito editorial que explica en esta entrevista. También incide en el papel de los medios independientes en la vida democrática nacional y europea, y habla de su último libro.

Publicado en 5 febrero 2025
comment riches ravagent planete kempf Juan Mendez Reporterre Un fragmento de "Comment les riches ravagent la planète" de Hervé Kempf y Juan Mendez.

Hervé Kempf, periodista y escritor, fundó el medio de comunicación sobre ecología Reporterre, inicialmente en papel a finales de los ochenta. Ha trabajado en distintos medios, como Courrier International y Le Monde. Kempf es autor de muchas obras, entre ellas Cómo los ricos destruyen el planeta (Capital intelectual, 2011). Reporterre – “El medio de comunicación de la ecología” – es un modelo de éxito, no solamente editorial, sino también “comercial”. El sitio es de libre acceso y funciona en su 98% gracias a las donaciones de sus lectores y lectoras (sobre todo pequeñas donaciones, concreta Kempf) y en el 2% restante proviene de la venta de libros gracias a una colaboración con la editorial Le Seuil. Gestionado por una asociación, el sitio alcanza los dos millones de lectores mensuales, con un presupuesto anual de unos 2,7 millones de euros. Hoy en día, Reporterre tiene 27 asalariados permanentes, de los cuales 19 son periodistas.

herve kempf

Reporterre tiene una línea editorial muy clara: “Considerar que la ecología es la cuestión política esencial del principio del siglo XXI. La ecología es política y no se puede reducir a cuestiones de naturaleza y contaminación; incluso aunque sigamos atentamente la evolución de estas cuestiones vitales. La ecología afecta al destino común, afecta al futuro, y su situación se deriva en gran medida de las relaciones sociales: así pues, lo que Reporterre presenta y discute es una ecología política”.

Se añade a esto una característica rara en el ámbito mediático: una forma de horizontalidad en el trabajo periodístico que es relativamente nueva e interesante y que puede servir de modelo para la prensa, además de favorecer una mejor producción de la información.

Voxeurop: Reporterre se creó por primera vez en 1989. ¿Qué le llevó a llevar a cabo el proyecto?

Hervé Kempf: En 1986 se produjo la tragedia en Chernóbil. Lo cual me impactó muchísimo. Me dije que el medioambiente era muy importante y pude constatar que no existía periódico alguno no militante que se dedicara a este tema. Pensé en crear un diario con un dinero que había heredado. Pero de sobra sabía que no era suficiente. Hacía falta mucho presupuesto. El Time, que ya entonces era un gran diario, había decidido en enero de 1989 (fecha de nuestro lanzamiento) que el personaje del año sería… Planet of the Year, “El planeta Tierra”. Esto nos sirvió de ayuda, pues los medios y el público se habían dado cuenta de que el medioambiente era importante. La cosa arrancaba bien. Se vendían 26 000 ejemplares todos los meses, de media, y se alcanzaron los 4600 suscriptores de pago. El problema fue su muy débil capitalización, su asfixiante falta de tesorería. Al cabo de un año, hubo que suspender el proyecto. El tiempo pasó y yo, después de trabajar como periodista en muchos medios de comunicación diferentes, acabé contratado por Le Monde en 1998 para cubrir el medioambiente. 

Reporterre se relanzó en 2007. ¿Cómo ocurrió?

En 2007 yo había escrito Comment les riches détruisent la planète (Cómo los ricos destruyen el planeta, 2011). El libro explicaba la coyuntura de la cuestión social y la ecológica y hasta qué punto son indisociables. Para demostrar que esto no era solamente teórico, sino que podía ver en la actualidad diaria, creé un sitio web al que llamé Reporterre: ese fue el segundo nacimiento.

Durante aquellos años, aún trabajando en Le Monde, mantuve vivo el sitio como un hobby, aprendí a escribir en internet, me familiaricé con la herramienta. Y luego, en 2012-2013, cuando Le Monde me censuró y se enzarzó en una disputa conmigo, pasé –con ayuda de amigos– a Reporterre al ámbito profesional, con la idea de que llegara a ser un verdadero sitio de noticias y que pagáramos al personal para producir esta información.

(Sobre los motivos de la salida de Kempf de Le Monde, se pueden leer aquí sus palabras).

La ventaja de internet es que es más barato que imprimir y difundir un periódico en papel. En 2013, Reporterre no tenía empleados, tan solo mi trabajo gratuito. Y luego, poco a poco, las donaciones empezaron a llegar, también di conferencias sobre mi libro y pedía que el público no me pagara a mí, sino al sitio. Empezamos a recibir pequeñas subvenciones de fundaciones privadas. Pude poco después empezar a pagar a algunos periodistas independientes y firmar un contrato temporal con un periodista. El tráfico aumentó, las donaciones también, y en aquel momento  se puso en marcha un círculo virtuoso.

Su ensayo Cómo los ricos destruyen el planeta se ha traducido a 10 idiomas. Su versión cómic (Comment les riches ravagent la planète, “cómo los ricos se cargan el planeta”, Seuil), publicado en invierno de 2024 en colaboración con el dibujante Juan Mendez, desentraña la relación entre las desigualdades sociales de nuestras sociedades y la crisis climática. ¿Cuál es la razón del libro?

Pues sí, ha sido todo un éxito, se vendieron rápidamente 30 000 ejemplares. Y a largo plazo se alcanzarán los 70 000, pues se sigue vendiendo bien; ahora está en su cuarta edición.

 Kempf/Mendez, Comment les riches ravagent la planète, Seuil
“El 50 % más pobre de los habitantes del planeta emite una media 1,6 toneladas al año, lo que representa el 12% del total. El 40 % del medio emite una media de 6,6 toneladas, lo que representa el 40,4% del total. El 10% superior emite 31 toneladas (47,6 % del total). El 1 % supremo emite 110 toneladas (16,8 % del total). La desigualdad de las emisiones de carbono a nivel mundial es enorme: casi la mitad de todas las emisiones son producidas por una décima parte de la población mundial.” (Fuente: WIL 2022)
“¡¡Más despacio, Hervé!!”
Pasaje de: Kempf/Méndez. Comment les riches ravagent la planète, Seuil, 2024.

El libro ha contribuido en gran medida a la comprensión de que la cuestión ecológica y la cuestión social son indisolubles. Simplificando, en aquella época la izquierda seguía considerando la ecología como una cuestión de “pajaritos” y los ecologistas ignoraban o subestimaban el problema de las desigualdades. En verdad, era necesario articular la relación entre las dos temáticas. Y ahora me alegro de que se haya convertido en un lugar común.

Lo que hoy queda por explicar es que la cuestión de los ricos y de las desigualdades no concierne sólo a Musk y otros ultrarricos. Si lo analizamos a escala mundial, todas las clases medias europeas están implicadas. Entre el 40 % y el 60 % de la gente –incluso yo, por ejemplo– en los países europeos se encuentra entre el 10% más rico del mundo. No se trata, pues, de “machacar a los ricos”, sino de reducir las desigualdades en su conjunto en los países ricos, avanzando juntos, hacia una mayor sobriedad.

 Kempf/Mendez, Comment les riches ravagent la planète, Seuil
“Los que pertenecen al grupo del 1 % más rico emiten una media de 110 toneladas por persona. Y las personas que constituyen la mitad más pobre emiten 1,6 toneladas por persona.” 
“Tu dibujo no está mal, pero yo habría usado rojo para el 1 %...”
Pasaje de  Kempf/Méndez. Comment les riches ravagent la planète, Seuil, 2024.

Reporterre tiene una línea editorial que se puede calificar de “fuerte”. ¿Diría usted que hay una posible relación entre el compromiso político y el oficio de periodista?

Bueno, son dos cosas totalmente diferentes. Un periodista es alguien que pretende contar el mundo a sus contemporáneos. Y lo hará con la mayor honradez posible, investigando, yendo a ver, verificando los hechos, buscando contradicciones.

Después va a explicitar una actitud: “Miro el mundo, pero no pretendo ser objetivo. Lo miro desde un determinado punto de vista”. Este punto de vista es la línea editorial.

La mayoría de los periodistas y de los medios de comunicación no definen claramente su línea editorial. En Reporterre la definimos diciendo que la cuestión ecológica es la cuestión política esencial del siglo XXI. Y a partir de esta línea intentamos contar lo que pasa.

Para que se entienda bien, suelo tomar el ejemplo de The Economist, que es un periódico muy bueno y que desde su nacimiento tiene una línea editorial clara: considera que el liberalismo es un modo de organización que permite que la sociedad viva en armonía, en paz y prosperidad, etc. A partir de este punto de vista, ellos cuentan lo que pasa en el mundo. Y lo hacen, por lo general, muy bien. Pero se sabe desde donde están hablando.

La diferencia respecto a un compromiso político ocurre cuando asumo una visión del mundo y me identifico en una doctrina política o un partido político y que, desde entonces, actúo sobre la sociedad difundiendo las ideas de ese partido o de esa doctrina y trato de convencer a la gente… con la idea de llegar al poder.

Nosotros, como periodistas, no pretendemos llegar al poder, y si los ecologistas hacen cosas que no nos convienen, lo contamos. Escribimos muy pocas columnas de opinión y yo escribo muy pocos editoriales. Nosotros informamos: tenemos una línea editorial y una visión del mundo que asumimos. En periodismo, también se le llama ángulo.

Y además está la cuestión de la independencia. ¿Cómo garantizarla?

Esta es una cuestión fundamental que garantiza la calidad de la información: Reporterre es independiente. Somos una asociación sin ánimo de lucro, no hay accionistas, el 98 % de nuestros ingresos provienen de las lectoras y los lectores. En forma de pequeñas donaciones. No hay grandes donantes que den 10 000 o 5000 euros.

¿Es el periodismo de alguna manera responsable de la crisis democrática que estamos viviendo?

El “periodismo” no es homogéneo. La responsabilidad de los periodistas es la de no haber luchado cuando los multimillonarios quisieron comprar sus medios, es la de no haber luchado lo suficiente por su independencia. Así pues, la responsabilidad de los periodistas es grande.

Se les pide que respeten los principios fundamentales del periodismo. Para mí el primero de ellos es la libertad. Añado esto a la definición de periodismo: ser periodista es ser libre y trabajar por la libertad. Debemos ser libres. Es la libertad del periodista la que garantiza la calidad de la información que produce.

Yo hablo del mundo, quizás no lo hago bien, pero ya sabéis desde qué posición hablo y sabéis que nadie me obliga a decir lo que os digo. Esta es la responsabilidad de los periodistas: luchar por la libertad en general y por la suya propia. El precio que uno debe pagar por el privilegio de desempeñar este apasionante oficio es luchar por la libertad. Por la nuestra y, de rebote, por la de la sociedad.

También existe un impasse estructural debido a la crisis de la prensa.

Es un sistema económico, sí. Pero hay gente valiente. Como Catherine André en Voxeurop, nosotros en Reporterre, nuestros colegas hombres y mujeres de Arrêt sur Image, Mediapart... y toda la juventud del gremio, que lucha por crear medios de comunicación independientes. La prensa independiente está creciendo. Podría inspirar a los periodistas de medios de comunicación subordinados al capital. Nos enfrentamos a cambios económicos constantes. Pero debemos seguir luchando por nuestra independencia respecto a los accionistas.


“Esta es la responsabilidad de los periodistas: luchar por la libertad en general y por la suya propia”


Reporterre tiene un modelo de funcionamiento bastante horizontal que no se suele encontrar en los medios de comunicación. ¿Cómo funciona?

Existe un consejo de administración que orienta el conjunto y vela por la independencia y el respeto de la línea de información sobre ecología. Soy el director editorial, con un asistente. Hay un director general. Y la jefatura de redacción es rotativa: cada 15 días, uno o una de entre los cinco o seis periodistas más experimentados se turnan para asegurar la edición diaria, dirigir las conferencias editoriales, decidir sobre la organización de la portada, etc. Es un sistema original, que funciona muy bien y que nos ayuda a desarrollar una cultura de inteligencia colectiva.

Al principio Reporterre era muy pequeño, así que hacía de todo. Y luego, poco a poco, fuimos creciendo. Yo también evolucioné, porque vengo de un universo, Le Monde, que era muy vertical. Tenemos una forma de funcionar mucho más horizontal, aunque a veces la verticalidad es necesaria para resolver dudas.

El contexto europeo sigue siendo importante. ¿Qué es Europa para usted hoy en día?

Sigo apegado a la idea de Europa. Más aún en estos momentos en que tenemos un ascenso de la extrema derecha –por no decir del fascismo– que quiere romper Europa y, en el proceso, recrear comunidades separadas entre sí, generando una visión fantasmagórica de Europa, que es racista y cerrada al mundo exterior.

Considerando que, precisamente, el ideal europeo, en particular para Francia y Alemania (yo soy del este de Francia y muy sensible a las abominaciones que ocurrieron durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial) es poder vivir juntos sin necesidad de estar de acuerdo y siendo diferentes, pero en paz y haciendo algo juntos. Y lo necesitamos más que nunca, ahora que estamos viendo tantas tentativas de fragmentación, nacionalismo, repliegue...

Sé que es un ideal, pero actuamos en función de un ideal. En Reporterre también trabajamos por el ideal de un mundo ecológico, justo y, si es posible, feliz.

El problema es que Europa sigue inmersa en una lógica neoliberal. Existe el espíritu de Europa, pero luego está su traducción política, que es muy decepcionante.

🤝 Este artículo se ha publicado dentro del marco del proyecto colaborativo Come Together


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