El 26 de febrero, como mínimo 60 migrantes fallecieron en el naufragio de una embarcación cerca de Crotona (Italia). El esquife, que había salido de Esmirna (Turquía), transportaba entre 100 y 200 personas originarias de Afganistán, Pakistán y Somalia, entre otros países. En vista de que aún se desconoce cuántas personas intentaron realizar esta travesía, los equipos de rescate temen que el número de víctimas sea mucho más elevado.
Esta tragedia ha generado numerosas reacciones. La primera ministra italiana Giorgia Meloni (Fratelli d'Italia, extrema derecha) expresó su “profundo pesar”, atribuyéndole la culpa a la trata de personas. Sin embargo, en su lucha contra la inmigración, el 23 de febrero de 2023 Italia aprobó una ley que complica la labor de las ONG que socorren a los migrantes en el mar, las cuales consideran que este texto, además de ser inútil y peligroso, no respeta los derechos humanos. Desde inicios de año, más de 200 migrantes han fallecido intentando atravesar en Mediterráneo.