Reportaje Clima y comunidades locales
Carretera provincial en Modigliana, a un mes de las inundaciones, todavía cerrada al tráfico. | Foto: Mattia Bergamini Carretera provincial en Modigliana, a un mes de las inundaciones, todavía cerrada al tráfico. | Foto: Mattia Bergamini

Las inundaciones en Emilia-Romaña subrayan el desastre natural más común de Europa

Emilia-Romaña se vio afectada por fuertes inundaciones en mayo, que provocaron miles de corrimientos de tierra, derrumbes y más de 23 000 personas desplazadas. Mal tiempo, daños causados ​​por el cambio climático y por una gestión del territorio poco previsora. Las inundaciones son el tipo de desastre natural más común en Europa, cuyo territorio está cada vez más en peligro. Reportaje desde Modigliana, uno de los municipios más afectados.

Publicado en 17 julio 2023 a las 12:44
Carretera provincial en Modigliana, a un mes de las inundaciones, todavía cerrada al tráfico. | Foto: Mattia Bergamini Carretera provincial en Modigliana, a un mes de las inundaciones, todavía cerrada al tráfico. | Foto: Mattia Bergamini

El 19 de mayo a las 9 de la mañana, en Modigliana, ciudad montañosa en los Apeninos toscano-romañolos, todavía estaba lloviznando. En los días anteriores, unas lluvias muy intensas provocaron decenas de argayos que bloquearon casi todas las vías, aislaron el pueblo y sus 4300 habitantes, cortando todas las redes telefónicas, fijas y móviles, Internet, y con la televisión funcionando a trompicones. Muchos se quedaron sin agua durante más de 24 horas, algunos más, como resultado de las inundaciones. 17 personas murieron en la región como consecuencia de las inundaciones. 

El 15 de mayo, el alcalde, Jader Dardi, había emitido un comunicado informando a los ciudadanos de una alerta meteorológica "roja", máxima precaución. Era la segunda vez en un mes: ya a principios de mayo las fuertes lluvias habían provocado corrimientos de tierra y hundimientos de carreteras. Esta vez cerró las escuelas, invitó a todos los ciudadanos a no moverse de casa e informó a los dueños de animales para que les garantizaran comida y agua para las próximas 48 horas.

Y eso fue lo que hizo Vitaliano Massari, un exdiseñador de software de IBM y durante muchos años empleado de una empresa local de electrónica, para su perro de caza Leo, un drahthaar dócil y cariñoso de 9 años que tenía en una finca en la ladera de una colina en Modigliana. Sin embargo, para el día 19 habían pasado cuatro días desde el anuncio del alcalde, y durante dos días Leo se había quedado sin comida.

L’alveo del fiume Tramazzo, a Modigliana, eroso dalle piogge di metà maggio. Foto: Mattia Bergamini
El cauce del río Tramazzo, en Modigliana, erosionado por las lluvias de mediados de mayo. | Foto: Mattia Bergamini

Vitaliano, radio aficionado, tenía que tomar una decisión. En esos días, ante la falta de líneas telefónicas estables, se comunicaba por radio con otros en toda Italia y también había tomado medidas para recuperar de la estación de bomberos y traer el alcalde algunos portátiles TETRA, un sistema de radio utilizado por algunas fuerzas policiales en Europa y suministrado para emergencias por la Región de Emilia-Romaña.

Aquella mañana, Vitaliano pregunta por medio de la radio si alguien quiere participar en su misión y recorrer a pie los 3 km hasta su finca para salvar a Leo. Le contestó su amigo y sacerdote don Stefano Rava.

Los dos, equipados con radios, se encuentran frente a un río de lodo y tienen que atravesar el bosque. Después de una hora y media de caminar en condiciones difíciles, don Stefano decide detenerse, Vitaliano continúa por un camino cada vez más impenetrable y en el que acaba sumergido en el barro hasta los muslos.

Vitaliano ya no puede moverse. Por suerte tiene la radio y a su amigo el cura. Consiguen llamar para pedir ayuda: un grupo de Bomberos Voluntarios sale del pueblo, también ellos a pie. Cuando finalmente llegan al lugar, gracias también a las indicaciones de don Stefano que se quedó en el camino, Vitaliano justo acababa de zafarse: permaneció atrapado en el barro durante una hora y media, pero se fue moviendo hasta crear la suficiente holgura como para poder salir vivo, pero sin botas. Los bomberos lo llevaron de regreso al pueblo, nuevamente a pie, pero esta vez con Leo, a quien lograron poner a salvo creando un camino en el barro con un poco de follaje, para que no se hundiera también, mientras lo llevaban hasta la cabaña cercana.

Casa sulle pendici del monte Trebbio, a Modigliana, dove l'aia è stata inghiottita dalla frana. Foto: Mattia Bergamini
Casa en las laderas del Monte Trebbio, en Modigliana, de la que el corral fue engullido por el argayo. | Foto: Mattia Bergamini

Vitaliano me cuenta su historia ante sendas copas de vino Sangiovese: su caso es uno más de los muchos que sucedieron durante los fuertes aluviones de mayo; Simona Carloni, responsable de las comunicaciones de la cooperativa Kara Bobowski, que acoge a unas 20 personas con diversas discapacidades, me habla de familiares preocupados y sin posibilidades de comunicarse con sus seres queridos, y de personas bloqueadas en los municipios vecinos; luego están también las historias de los evacuados (unas 200 personas) y de los que ya no podían ocupar sus propias casas, y la de los que al abrir la puerta de su casa se encontraron ante un precipicio porque los corrales y jardines desaparecieron arrastrados por los corrimientos de tierra.

Las noches de insomnio durante y después del aluvión, el fragor de las aguas de las que los pequeños arroyos se habían convertido en torrentes y los torrentes en ríos, y los helicópteros que en los días siguientes transportaban no solo personas, sino también pequeños tractores, excavadoras y forraje para los animales, son todos ellos temas recurrentes en las conversaciones de quienes vivieron aquellos días.

El aluvión en Emilia-Romaña afectó tanto a las zonas de los Apeninos como a la llanura: la llanura se inundó y el agua invadió los sótanos, la planta baja y hasta el primer piso. En algunos casos alcanzaba los 6 metros de altura, cubriendo casas, campos, fábricas; las colinas y las montañas, por otro lado, vieron aumentar su separación.


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Un total de 48 municipios fueron afectados. Las fuertes lluvias desbordaron 23 cursos de agua (ríos y torrentes), provocando miles de ruinas y más de 23 000 desplazados. Los daños totales estimados a la baja para la región ascienden a 8900 millones de euros, de los cuales 1800 millones corresponden únicamente a la restauración de las carreteras.

Cambio climático y exceso de construcciones

El desastre de Modigliana es impresionante, pero no es un hecho aislado. Muchas zonas de Europa han tenido un invierno moderado con el que los ciudadanos estaban encantados por las bajas facturas, a pesar del alto precio del gas debido a la guerra en Ucrania y al chantaje de Rusia. También fue un invierno seco en el norte de Italia, con muy poca lluvia. Los años 2017, 2021, 2022 estuvieron entre los siete años más secos de los últimos 50 años en Emilia-Romaña, con precipitaciones anuales por debajo de los 700 mm.

mapa de Emilia-Romaña

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