“La ecología revienta la pantalla” titula La Croix en primera página cuando en las salas francesas se estrena 'El síndrome del Titanic', un documental de Nicolas Hulot, el ecologista más mediático de Francia. En un alegato por salvar del naufragio al planeta y a la humanidad, la película denuncia los desajustes climáticos, la globalización de la economía, el exceso de consumo, la sobreexplotación de las materias primas, etc.
'La pesadilla de Darwin', de Hubert Sauper; 'Una verdad incómoda', de Al Gore (el tercer documental más visto en la gran pantalla); 'Nosotros alimentamos al mundo', de Erwin Wagenhofer; 'Home', de Yann-Arthus Bertrand… “en menos de cinco años, los documentales sobre temas medioambientales han invadido los cines”, observa La Croix. No obstante, más allá de este gran éxito de taquilla, el género sigue relegado a un nicho. “Este tipo de películas pertenece a un micromercado: si no te llamas Al Gore, Nicolas Hulot o Yann Arthus-Bertrand, ¡más vale que sepas innovar!” apunta la programadora de un festival de cine medioambiental que cita el diario francés.