"Kiev empieza a tener graves problemas con sus países vecinos", constata el diario ruso Nezavissimaïa Gazeta, que señala la irritación de Ucrania sobre la concesión de pasaportes húngaros y rumanos a sus residentes, sobre todo a los de la parte occidental del país. A pesar de la prohibición en Ucrania de la doble nacionalidad, el proceso cobra cada vez más relevancia, ya que "las exigencias para obtener un pasaporte rumano o húngaro son mínimas: es necesario que el candidato demuestre sus raíces [étnicas rumanas o húngaras] o que demuestre que su familia ha vivido en territorios que hayan sido antes parte de Rumanía o de Hungría", sobre todo antes de la Segunda Guerra Mundial.
Esta "integración individual en la Unión Europea debería ser una advertencia para el Gobierno que, si no es capaz de resolver con eficacia los problemas sociales y económicos, podría ver cómo cientos de miles de ucranianos obtienen la nacionalidad extranjera", avisa el diario ruso. Pero la amenaza real que se perfila es la del separatismo, porque Kiev puede "perder el control en los territorios poblados por residentes extranjeros", añade Nezavissimaïa Gazeta, que cita al experto ucraniano Alexandre Gavrich, según el cual "para ello basta con que los eslóganes de pertenencia cultural se transformen en reivindicaciones políticas".