Según las últimas cifras que baraja el ministro de Integración de la región flamenca, Geert Bourgeois (N-VA), la mayoría de los inmigrantes en Flandes, tras los neerlandeses, ya no son los de origen turco o marroquí, sino polaco, rumano y búlgaro.
Los cursos de integración no son obligatorios para los provenientes de la UE, con lo que cada vez menos inmigrantes acuden a esa formación, señala el diario.
Una tendencia que el ministro lamenta, porque considera que sin el conocimiento de la lengua es casi imposible encontrar trabajo.
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