Tras dos evasiones en un mismo mes, la clase política belga se pregunta cómo hacer frente a la proliferación de fugas de presos: en tres años, 80 reclusos han logrado escapar, varios de ellos en helicóptero. De Standaard afirma que "una cárcel sin evasiones es una utopía, dado que las prisiones cumplen con dos objetivos. Por un lado, deben privar de su libertad a los presos, y por otro deben prepararlos para su reintegración en la sociedad, lo cual implica toda clase de contactos con el mundo exterior".
El diario belga sugiere ocho medios para hacer frente a las evasiones. Además de la instalación de una red anti-helicópteros, de la adaptación de las prisiones y de la formación de los guardias, el periódico aboga por un seguimiento más completo de los presos, pues "están tan interesados como la sociedad en estar preparados para su reinserción". Según Tony Van Pars, especialista judicial democristiano, debemos tomar como referencia a los países escandinavos: "los presos deben recibir un seguimiento individual, tener la posibilidad de seguir una terapia, de formarse, de realizar un trabajo, de hacer deporte y de divertirse".