“Los Estados Unidos espiaron a 35 líderes mundiales” revela The Guardian en el último capítulo del escándalo de espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) norteamericana.
Según los documentos confidenciales facilitados por el exagente de la NSA Edward Snowden, funcionarios del Gobierno norteamericano facilitaron a la agencia los números de teléfono de políticos internacionales de relevancia, para poder ser vigilados.
Las revelaciones llegan unos días después de las acusaciones de que la NSA controló el teléfono móvil de la canciller alemana Angela Merkel y cuando se celebra una cumbre del Consejo Europeo. Un editorial en The Guardian señala que
En toda la UE, demasiados líderes, incluyendo a Angela Merkel, han sido lentos y prudentes en su respuesta a las cuestiones planteadas por las revelaciones de Edward Snowden. Sin embargo las revelaciones sobre el seguimiento norteamericano del teléfono de Merkel, y con toda probabilidad de los teléfonos de líderes desde Brasil al Reino Unido también, son una causa apropiada para la acción colectiva de la UE. El asunto es simple: los aliados en los que impera la confianza no deberían espiarse, y el 'poder blando' norteamericano está puesto en duda con estas inadmisibles intrusiones. Quizá antiguo secretario de Estado norteamericano, Henry Kissinger, haya formulado la pregunta: "¿A quién llamo si quiero llamar a Europa?" Ahora, en todo caso, es el día en el que Europa debería llamar a los Estados Unidos, y hablar con una sola voz.