“La decadencia y caída de Europa” es el aterrador titular de la revista Time. “Su unión económica se ha desmembrado, Londres está en llamas y el continente que en su momento fue el socio comercial de más confianza para Estados Unidos se encuentra demasiado débil para salvar la situación, o el euro”, informa la revista estadounidense. “Hay que decir adiós al viejo orden”.
“La UE ha creado una moneda única, pero no ha forjado una profunda unión política ni fiscal”, dice la revista Time. Las opiniones difieren sobre si hay que centralizar más o deshacer la UE. Existen precedentes históricos de ambas cosas: basta con recordar cómo se desmoronó el rublo cuando “las diferencias económicas se hicieron demasiado grandes” entre los países de la ex Unión Soviética que intentaron seguir utilizándolo después del colapso de la URSS. Por otro lado, también se puede evocar la crisis del mecanismo de cambio de divisas de 1992, que provocó que muchos países europeos buscasen “una integración económica más estrecha”. En todo caso, “la crisis pone de relieve la necesidad de elegir y la elección debe llevarse a cabo”.