Puede que éste sea su coche. Hace semanas que está ahí. El único vehículo búlgaro de todo el barrio. Un modelo de hace por lo menos veinte años y con marcas de óxido en el capó. También hay cartelitos en el buzón, en cada uno consta un apellido distinto, lo que despierta la desconfianza de los vecinos.
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Inmigración griega
El desamparo de los que llegan
El Spiegel reconstruyeel recorrido de una joven griega que llega a Berlín y es acogida por compatriotas de una generación anterior a la suya. Estos últimos, que han luchado por sus derechos desde los años sesenta, se sienten superados por los problemas de integración que tienen los recién llegados. Como muchos otros jóvenes griegos titulados, subraya el semanario, la nueva inmigrante no consigue encontrar su hueco en la sociedad alemana:
Los recién llegados no pueden esperar recibir las ayudas del Estado alemán. Si bien es cierto que Angela Merkel habla a todas horas de la ‘solidaridad europea’, [...] ella no está dispuesta a mantener a los jóvenes griegos que huyen de la crisis. A finales de febrero, el ministerio de Empleo firmó una directiva que frena el acceso a Hartz IV [el programa de ayuda a los parados de larga duración]. Esta directiva sirve sobre todo para desalentar a los inmigrantes del sur de Europa a la hora de ir a buscar trabajo a Alemania. [...] El ejemplo de los jóvenes griegos con carrera universitaria sirve para demostrar que la República Federal está lejos de ser el país de integración que le gustaría.[...] No se saca provecho del potencial de los jóvenes inmigrantes con estudios. Oficialmente, la política alemana aboga por una Europa unida, sin fronteras y con un mercado común. Pero no está dispuesta a asumir los costes que ello conlleva.