Los hijos de Odín son nuestros vecinos

A raíz del atentado de Oslo y de la masacre de Utøya, todos los focos apuntan a los grupúsculos de extrema derecha que proliferan en la web. Sin embargo, estos nuevos sujetos poco tienen en común con las tradicionales bandas neonazis o con los movimientos ultraconservadores.

Publicado en 26 julio 2011 a las 13:51

Nordisk, un foro en Internet de extremistas nórdicos al que perteneció Anders Breivik, recientemente registró 22.000 miembros de todos los países nórdicos. Aunque de todos los extremistas escandinavos los noruegos son los menos numerosos (también en lo que respecta a su presencia en Internet), la policía noruega advirtió en un informe en febrero que muchos individuos de este país han entablado vínculos más estrechos con sus homólogos suecos, así como con movimientos de extrema derecha en Rusia, principalmente neo-nazis de San Petersburgo.

Los extremistas nórdicos no tienen una estructura común pero, según la Europol, se han reforzado las conexiones internacionales entre los grupos de este tipo. Sus vínculos comienzan en Internet y después los desarrollan aún más en conciertos de música de bandas de poder blanco ('white power'), que propagan la filosofía de la supremacía de la raza blanca.

“Estamos ante el fundamentalismo del siglo XXI, que se rebela contra la aborrecible modernidad y defiende una identidad basada en la cruz cristiana, los vínculos de sangre germánicos, el culto a Odin, dios escandinavo de la guerra, así como las sagas heroicas de los nibelungos”, afirma Ugo Maria Tassinari, experto italiano en la extrema derecha.

Los extremistas no son solo personajes fornidos y tatuados

En Europa, la combinación de xenofobia racista y la temática religiosa es una especialidad de los escandinavos, que han logrado exportar sus ideas a Italia, entre otros lugares, donde el movimiento nórdico ha inspirado al movimiento extremista Militia Christi.

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Según estimaciones recientes, sólo existían unos 2.000 radicales de extrema derecha en Noruega. En la época anterior a Internet, probablemente se mantuvieron dispersos por el país, al no disponer de un modo sencillo para reunirse e intensificar su fanatismo en concentraciones difíciles de organizar. Actualmente, con Internet incluso un “chico de un hogar perfectamente normal” puede llevar una vida aparentemente corriente y al mismo tiempo participar en el funcionamiento de una organización internacional extremista con un solo clic de ratón. Podrá hablar, compartir lecturas, intercambiar información sobre enemigos de la nación y captar a nuevos adeptos.

Además, en Alemania, la extrema derecha actual cada vez tiene menos el rostro de un 'skinhead' fornido y tatuado y cada vez más la de un buen chico corriente y bien vestido que sólo muestra su verdadera identidad al conectarse a Internet. En la última década también se observó el mismo fenómeno con Al-Qaeda y sus seguidores.

Los "otros" que arruinan la salud de las naciones

Pero el extremismo noruego actual no comenzó con portales de comunidades. A comienzos de los noventa, un tal Alfred Olsen, una persona de dudosa estabilidad mental, organizó “conferencias anti-sionistas” y quería organizar el Movimiento de la Resistencia del Pueblo, como una alternativa cristiana para luchar contra el “capitalismo marxista”, el “marxismo liberal” y los “agentes extranjeros” en el Gobierno noruego. El músico de 'black-metal' Varg Vikernes difundió el odio al mundo exterior con un lenguaje neo-pagano o incluso satánico y logró atraer a un grupo de seguidores.

Finalmente Vikernes fue encarcelado por incendiar iglesias y asesinar a un músico, y mientras cumplía su condena escribió un manifiesto llamado Vargsmål, o “Historia del lobo”, un elogio a la lealtad, el valor, la sabiduría, la disciplina, la salud y el poder nórdicos. El texto circula por los foros extremistas de Internet y ha contribuido a crear una mezcolanza simbólica muy peculiar: hoy, los seguidores de la misma ideología de extrema derecha ensalzan la cruz, la esvástica y a Odin.

Entre sus enemigos se incluyen los de “otras” razas, nacionalidades o religiones (musulmanes, judíos) así como los “otros” que arruinan el espíritu saludable de las naciones: los banqueros, los ejecutivos de empresas internacionales, los defensores de la globalización y los Gobiernos que no comprenden el peligro real o que llegan a apoyar a los “otros”. Lo que buscan los extremistas es emprender una cruzada y una revolución anti-globalización.

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